La Mora renace: un sueño que resiste al río y a las tormentas

Cultura

Olanchito, Yoro. Donde alguna vez hubo silencio, lodo y ruinas, hoy se vuelve a escuchar el bullicio de niños jugando, el chapoteo del agua y el eco de la esperanza.

El ecoturicentro La Mora, ubicado en el corazón del Valle Arriba en Olanchito, vuelve a abrir sus puertas a los veraneantes, tras haber quedado prácticamente destruido por las tormentas de noviembre pasado.

El río San Patricio, desbordado e imparable, arrasó con todo a su paso. Y en su furia, no perdonó el sueño de Luis Almendarez, un emprendedor comejamo que convirtió un rincón de la naturaleza en un espacio de recreación para las familias.

Las tres grandes piscinas quedaron sepultadas bajo lodo y arena, y la laguna artificial, antes escenario de pesca y paseos en canoa, se convirtió en un estanque de desolación.

Pero los sueños verdaderos no mueren con la tormenta. “No ha sido fácil, pero con la confianza puesta en Dios y la ayuda de nuestra familia y amigos, aquí estamos nuevamente para servir a nuestra gente que nos prefiere”, expresó Almendarez con voz emocionada y mirada firme, de quien sabe lo que es empezar de nuevo desde cero.

Este proyecto, que nació hace muchos años como una idea humilde, fue creciendo con esfuerzo, ilusión y fe. Luis Almendarez lo soñó no solo como un negocio, sino como un legado para su familia y una bendición para su valle arriba. Verlo destruido fue un golpe difícil de asimilar, pero rendirse jamás fue una opción.

Durante semanas, palada tras palada, piedra por piedra, él y sus seres queridos trabajaron sin descanso. Con manos llenas de barro y corazones firmes, removieron el lodo, repararon las estructuras y, lo más importante, volvieron a sembrar esperanza donde todo parecía perdido.

Hoy, La Mora no solo vuelve a ser un sitio de esparcimiento, sino un símbolo de superación para Olanchito. Cada visitante que entra, cada niño que ríe en sus piscinas y cada familia que disfruta del paisaje, son testigos de una historia que se niega a terminar.

Luis Almendarez no solo restauró un ecoturicentro: rescató un sueño del barro y lo devolvió a la vida, porque para Luis y su familialos sueños pueden mojarse, pueden hundirse, pero mientras haya voluntad, siempre pueden volver a flotar.