Puerto Lempira. Las lanchas y los pipantes son los medios que la Policía Nacional de Honduras, se vale para hacer patrullajes en La Mosquitia, una zona compleja, dominada por lagunas y canales, y también por barreras culturales.
En esta región oriental, hay comunidades donde no existen carreteras para llegar a ellas, sus únicos medios son las lagunas, críques, ríos y él misma mar.
Aquí los vehículos son escasos por esa condición geográfica, aunque hay partes donde si es accesible. Son las lanchas, los cayucos y pipantes, los que resuelven la movilidad de los agentes policiales, quienes deben de abandonar los zapatos de rigor para caminar con botas de hule.
El trabajo que parece ser una aventura, rápido se convierte en un trabajo desafiante para los encargados de dar seguridad a esas comunidades aisladas en el municipio de Puerto Lempira, entre ese aislamiento también se lucha con la delincuencia común y organizada.
En la extensa laguna de Caratasca, hay poblados que están sobre sus aguas, son Islas que por su posición, parecen no llamar la atención, pero en realidad son escondite de narcotraficantes.
Entre ese peligro y el escenario inhóspito, se han ejecutado operaciones que han logrado importantes resultados; con capturas de sospechosos dedicados a la venta y distribución de droga así como acciones ilícitas.
Entre las filas policiales en esta región, hay agentes que son de la etnia Miskita , pertenecen a comunidades culturales de Mistrú, Laka, Sircitara, Tipimuna, entre otras que pertenecen a Puerto Lempira.
Estos sirven de guías para la búsqueda de personas o acciones que van en contra las leyes, ya sea patrullajes en cayuco o zonas de difícil acceso; así también cómo traductores con los nativos que todavía no comprenden el español.
Entre esas barreras culturales y también naturales, la Policía mantiene su presencia, en esta vasta región de Honduras..