El exmandatario hondureño, Manuel Zelaya Rosales, ha rechazado rotundamente las acusaciones infundadas que lo vinculan con actividades ilegales relacionadas con el tráfico de drogas y armas.
En respuesta a las publicaciones recientes del periodista estadounidense Jeff Ernst, Zelaya se pronunció enérgicamente en su cuenta de redes sociales, desacreditando las afirmaciones que sugieren su participación en actividades delictivas.
El foco de la controversia se centra en una reunión previa entre Zelaya y un ganadero local, Marlon Alexis Peralta, quien fue detenido con un arsenal de armas de uso prohibido.
La Asociación de Ganaderos de Wampu (ASOGAW), presidida por Peralta, ha sido objeto de sospechas en relación con su influencia en la región de La Mosquitia.
El periodista Jeff Ernst ha planteado cuestionamientos incisivos sobre la naturaleza de la reunión y la posible implicación de Zelaya en actividades ilícitas.
En particular, Ernst ha puesto en duda la legitimidad de las acciones de la asociación ganadera en tierras indígenas y reservas naturales, así como la necesidad de un arsenal bélico por parte de un ganadero.
Estas inquietudes han generado un intenso debate en los círculos políticos y mediáticos.
Zelaya ha reiterado que la reunión en cuestión tuvo lugar al comienzo de su mandato y fue de carácter público, transmitida a través de varios medios de comunicación locales y nacionales.
El propósito principal de la reunión fue abordar la grave problemática de la deforestación y la degradación ambiental resultante de la expansión agrícola y ganadera descontrolada en la región.
Zelaya destacó la presencia de diversas autoridades gubernamentales y funcionarios relevantes en dicha reunión, subrayando la importancia de un enfoque integral para abordar los desafíos ambientales y de conservación en Honduras.
El reciente cuestionamiento planteado por Jeff Ernst ha generado una amplia controversia en torno a la sostenibilidad de la ganadería en áreas protegidas y reservas naturales. La interrogante fundamental gira en torno a si esta práctica es compatible con la preservación del entorno natural y el respeto a los derechos de las comunidades indígenas.
Los acontecimientos del pasado 14 de agosto en Catacamas, Olancho, dieron lugar a la detención de Marlon Peralta por parte de las autoridades policiales. Según un comunicado oficial del Ministerio Público, Peralta fue encontrado en posesión de un considerable arsenal, incluyendo un fusil AK-47, un lanzacohetes tipo explosivo, múltiples armas de fuego y una cantidad significativa de municiones, junto con presuntas sustancias ilícitas y varios dispositivos móviles.
A pesar de las evidencias encontradas, la audiencia inicial del 18 de agosto llevada a cabo por el Juzgado de Letras Penal con Jurisdicción Nacional dictaminó medidas sustitutivas a la prisión para Peralta por el
delito de portación ilegal de armas de uso prohibido agravado, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la efectividad del sistema judicial y el cumplimiento de la ley en Honduras.