La defensa del exdiputado hondureño Midence Oquelí Martínez rechazó las acusaciones de su participación en el asesinato del también exparlamentario Juan Ramón Salgado, y señaló inconsistencias en los testimonios presentados por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York, específicamente los del exlíder de la organización criminal Los Cachiros, Leonel Rivera Maradiaga.
Según el documento judicial presentado, la defensa argumenta que las declaraciones de Rivera son falsas y carecen de respaldo creíble, acusándolo de haber mentido bajo juramento en juicios anteriores.
Los abogados Kristen Santillo y Sarah Sulkowski recalcaron que Rivera ha incurrido en perjurio en múltiples ocasiones, lo que desacredita su testimonio como pieza central de las acusaciones.
El contexto político y los vínculos señalados
La defensa sostuvo que el exdiputado Juan Ramón Salgado, presuntamente asesinado por órdenes de Martínez según los fiscales, fungía como enlace entre Los Cachiros y el presidente electo Manuel Zelaya en 2006. Se habría negociado entregar a este grupo criminal la dirección del Programa Nacional de Desarrollo (Pronader) como compensación por su apoyo político, luego de descartar otorgarles la Secretaría de Seguridad.
No obstante, con la muerte de Salgado, este acuerdo quedó frustrado, según los documentos presentados en la Corte. Los abogados de Martínez insistieron en que su cliente nunca participó en actos violentos, aunque admitieron que financió su actividad política con fondos provenientes de la organización de Rivera Maradiaga.
Solicitudes al tribunal
La defensa pidió al tribunal eliminar los párrafos 24 al 31 del Informe Previo a la Sentencia (PSR, por sus siglas en inglés), que contienen las acusaciones basadas en el testimonio de Leonel Rivera. Argumentaron que estas declaraciones no solo carecen de credibilidad, sino que contradicen otros casos en los que Rivera ha sido testigo clave.
Un testimonio cuestionado
El principal argumento de la defensa gira en torno a la supuesta falta de coherencia en el relato de Rivera. Señalan que, bajo juramento, el líder de Los Cachiros reconoció haber engañado a los fiscales en declaraciones anteriores, además de proporcionar detalles que, según la defensa, son demostrablemente falsos.
¿Qué sigue?
El caso de Martínez, quien enfrenta cargos relacionados con el tráfico de drogas y violencia organizada, sigue generando controversia en los tribunales estadounidenses.
Mientras tanto, la defensa busca desmontar las acusaciones de violencia y asesinato, manteniendo el enfoque en la supuesta falta de pruebas sólidas más allá del testimonio cuestionado de Rivera Maradiaga.
Este proceso continúa poniendo en el centro del debate las conexiones entre el narcotráfico y el ámbito político en Honduras, abriendo interrogantes sobre el impacto de los testimonios de colaboradores en los tribunales internacionales.