Mel Zelaya lanza advertencia con 30 mil colectivos y rechaza el TREP

Política

“Estamos entrenados y desplegados en toda la patria”

Tegucigalpa. En un mensaje que ha encendido las alarmas en el escenario político hondureño, el expresidente de la República y actual coordinador general del partido Libre, José Manuel “Mel” Zelaya Rosales, lanzó una contundente advertencia al sistema democrático del país: “Estamos organizados, preparados y entrenados en más de 30,000 colectivos de base desplegados en todos los rincones de la patria.”

Las declaraciones fueron vertidas a través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), donde Zelaya también rechazó de manera tajante la implementación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) aprobado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), calificándolo como “el mismo fraude del 2017”.

“No aceptamos elecciones con el TREP fraudulento del 2017”, escribió el también asesor presidencial y esposo de la mandataria Xiomara Castro, elevando el tono del discurso político a niveles que evocan la crisis de 2009.

¿Quiénes son los “colectivos”?
Los colectivos de Libre han sido descritos por distintos sectores como grupos de presión política con capacidad de movilización inmediata. Inspirados en estructuras de vigilancia ciudadana similares a los CDR cubanos, colectivos venezolanos o las brigadas de choque del sandinismo en Nicaragua, su objetivo declarado es la defensa de la “refundación”, aunque en múltiples ocasiones han sido señalados por su rol intimidante.

Su actuación ha sido visible en protestas, ocupaciones de instituciones y choques con manifestantes opositores. Ahora, Zelaya no solo reconoce su existencia, sino que afirma que están entrenados y listos para actuar en todo el país.

Elecciones bajo presión
La controversia gira en torno al TREP, un mecanismo que permite la digitalización y transmisión inmediata de las actas electorales desde las Juntas Receptoras de Votos (JRV) al sistema central del CNE.

El oficialismo insiste en que este proceso no sea filtrado por auditores independientes cuando existan inconsistencias en las actas, algo que la oposición ve como una ventana abierta al fraude electoral.

Zelaya, en cambio, sostiene que cualquier intento de verificación previa representa una “trampa” del bipartidismo, y ha dejado claro que no permitirá “sorpresas” como las que, según él, ocurrieron en 2009, cuando fue depuesto en un golpe de Estado.

¿Una advertencia o una amenaza?
Las reacciones no se han hecho esperar. Analistas, políticos y ciudadanos en redes sociales han cuestionado el tono del mensaje de Zelaya, que a juicio de muchos, trasciende la retórica política y se asemeja a una amenaza directa al orden democrático.

“El uso de colectivos como instrumento de presión atenta contra el principio de participación libre y pacífica en democracia”, afirmó un politólogo en declaraciones a este medio.

En un país marcado por la fragilidad institucional, los mensajes que insinúan una fuerza paralela al margen del Estado despiertan preocupación. El recuerdo de 2009, los años de polarización y el actual desgaste del sistema electoral son ingredientes de un escenario cargado de tensión.

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