Jutiapa, Atlántida – En un hecho que parece sacado de una comedia surrealista con tintes de realismo mágico, una vivienda quedó literalmente atrapada en medio de un bulevar improvisado construido rumbo a la turística Laguna de Cacao, porque el propietario se negó a vender el terreno… o mejor dicho, porque noble ofrecieron comprarselo o no tenía más terreno que ceder.
La escena, que recuerda a aquellas casas rebeldes en China que quedan en medio de autopistas por dignidad y terquedad, ahora tiene su versión catracha: una humilde vivienda resiste solitaria en el corazón del asfalto caliente, dividiendo el nuevo bulevar en dos carriles que serpentean a los lados de su humilde porche como si fueran ríos rodeando una isla.
Según relataron vecinos, el gobierno cebtral pidió a los dueños de varias propiedades que cedieran parte de sus terrenos para construir un acceso digno a la Laguna de Cacao, un rincón turístico que promete atraer visitantes y derramar desarrollo.
Todos accedieron, menos uno… no por capricho, sino porque no tenía ni un centímetro más que dar.
“¿Cómo iba a ceder si ya está en la orilla?”, comentó un poblador entre risas. “El de la par sí tenía terreno de sobra y les dijo ‘¡tomen lo que quieran!’, y así fue como el bulevar se abrió, pero con una isla de concreto en el centro… que tiene cama, cocina y hasta gallinas.”
Los conductores que transitan por la carretera CA-13 y se desvian rumbo a la Laguna de Cacao ahora se encuentran con la insólita visión de una casa en medio del asfalto. Algunos bajan la velocidad por respeto, otros por incredulidad, y los más osados aprovechan para tomarse selfies junto al “obstáculo residencial”.
Las autoridades municipales aún no han explicado qué harán con la construcción. Se rumora que podrían declararla “Monumento a la Dignidad Territorial” o integrarla como centro de información turística con hospedaje incluido.
Mientras tanto, el dueño de la casa —que pidió anonimato para no ser meme nacional— sigue viviendo tranquilamente, rodeado por los cuatro puntos cardinales del progreso vial.
La zona de la Laguna de Cacao no solo es un paraíso ecológico, sino también un eje agrícola vital para Atlántida. Productores de cacao, palma y otros cultivos han visto con buenos ojos la mejora del acceso, aunque admiten que la situación “tiene su gracia”.
“Eso solo pasa en Honduras”, comentó un turista entre carcajadas. “Venía a ver la laguna, pero me encontré con una casa en el bulevar. ¡Es arte urbano involuntario!”
