“Nos Vinieron a Dar Atol con el Dedo”, Habitantes de Colón Se Sienten Burlados por la Falta de Soluciones Energéticas

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Valle del Aguán – Los habitantes del departamento de Colón están cada vez más frustrados y decepcionados por los constantes cortes prolongados de energía eléctrica que afectan la región hasta cuatro veces por semana.

A pesar de la inversión de 160 millones de lempiras anunciada por la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) en una estación móvil en Chiripa, Colón, los problemas persisten, dejando a la población con la sensación de haber sido engañada.

“Ya no aguantamos, nos vinieron a dar atol con el dedo. Es injusto,” expresó don Fausto, un residente de Sabá, mientras esperaba afuera de su pulpería que regresara la energía eléctrica. Su testimonio refleja el sentimiento generalizado de descontento y desilusión que se vive en la ciudad.

Como muchos otros, don Fausto depende del suministro eléctrico para mantener su negocio, y cada corte prolongado significa pérdidas económicas y frustración.

El tan anunciado proyecto de regulación instalado en Chiripa prometía estabilizar el suministro de energía, pero la realidad es que los apagones siguen siendo una constante.

Según el ingeniero eléctrico Ricardo Soto, los reguladores de energía son necesarios, especialmente porque varias de las subestaciones en la zona están al límite de su capacidad. Sin embargo, subraya que la verdadera solución pasa por la generación y transmisión de energía, no solo por la regulación. “Aquí se le debe hablar con transparencia a la gente y no mentirles,” enfatiza Soto, destacando la necesidad de una comunicación honesta y clara por parte de las autoridades.

La promesa de estabilidad eléctrica en Colón se ha convertido en una fuente de frustración y desconfianza. Mientras tanto, la economía regional sigue sufriendo las consecuencias de estos cortes prolongados, afectando tanto a los pequeños comerciantes como a las familias que dependen de un suministro eléctrico constante.

Para muchos en Colón, las promesas vacías y las soluciones insuficientes han dejado una marca de desconfianza difícil de borrar.