Olanchito, Yoro – En una decisión que busca combatir la creciente contaminación causada por los botaderos clandestinos, la Corporación Municipal de Olanchito, liderada por el alcalde Juan Carlos Molina, aprobó este domingo en cabildo abierto una partida de 300 mil lempiras por sector para la compra de terrenos destinados a nuevos vertederos de basura.

La medida fue tomada en el marco del cabildo abierto celebrado en las instalaciones del Instituto San Martín de Porres de Coyoles Central, y se proyecta como un paso firme para atender una de las principales problemáticas ambientales del municipio: la mala disposición de los desechos sólidos.
Los cinco sectores beneficiados serán: Valle Arriba, Coyoles, Campos Bananeros, Margen Izquierda y Valle Abajo, este último con una particularidad: por ser el sector más amplio y con mayor número de aldeas, contará con dos vertederos comunitarios. Los recursos serán incorporados en el presupuesto municipal del próximo año.
“Este dinero será para la compra del terreno, y en el caso de aquellas comunidades que ya cuentan con un predio asignado, vamos a proceder inmediatamente con la maquinaria municipal para hacer las fosas donde será depositada la basura”, declaró el alcalde Molina durante su intervención.
Olanchito, con una población que supera los 120 mil habitantes, produce más de 80 toneladas de basura al día. Sin embargo, la extensión territorial del municipio —con más de 90 kilómetros de equidistancia — representa un serio obstáculo logístico para el funcionamiento efectivo del tren de aseo municipal.
“Es urgente atender este tema. La gran cantidad de basureros clandestinos nos obliga a tomar decisiones firmes en función de frenar la enorme contaminación que estos generan en las aldeas”, enfatizó el edil.

Con esta iniciativa, la alcaldía pretende descentralizar el manejo de residuos y facilitar a las comunidades puntos adecuados para la disposición de basura, evitando prácticas irregulares que afectan al medio ambiente y a la salud pública.
La medida fue bien recibida por líderes comunitarios y habitantes de las zonas rurales, quienes ven en esta acción un avance histórico para el desarrollo sostenible del municipio y una respuesta concreta a una deuda ambiental de muchos años.