Hoy, en el marco de la Semana Cívica de Olanchito, el Comité de la Semana Cívica (COSECIO) se suma al país entero para celebrar con afecto y gratitud el Día del Maestro y la Maestra Hondureña, una fecha que honra a quienes han sido pilares en la formación de nuestras vidas y en la construcción de la sociedad.

El Día del Maestro Hondureño se celebra cada 17 de septiembre en honor al ilustre pedagogo José Trinidad Reyes, fundador de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, y por decreto del gobierno hondureño como reconocimiento al trabajo y sacrificio de quienes dedican su vida a enseñar.
Esta fecha se instituyó precisamente para que las actuales y futuras generaciones no olviden la labor formadora y forjadora de los docentes.
En Olanchito, la conmemoración adquiere un significado especial. Hoy no solo felicitamos a todos los docentes del municipio, sino que evocamos con gratitud a los maestros que marcaron nuestra historia personal y colectiva.
En mi caso —como seguramente en la de muchos olanchitenses— es imposible olvidar a los maestros y maestras de la Escuela Benito Sanfoval, donde di mis primeros pasos académicos, y luego a los del Instituto San Isidro de La Ceiba, quienes guiaron mis años de adolescencia. Ellos fueron y siguen siendo esa luz que orienta la vida de generaciones enteras.

Hoy, COSECIO festeja a los maestros de Olanchito con un sincero tributo que no solo reconoce su esfuerzo cotidiano, sino que también revaloriza su papel en la construcción de la identidad cívica y cultural del municipio. Durante la Semana Cívica, actos como este reafirman la importancia de los educadores como verdaderos arquitectos del futuro.
Hoy Olanchito se detiene para aplaudir a sus docentes: a los que están, a los que se jubilaron y a los que partieron dejando huellas imborrables en miles de estudiantes.
Porque en cada niño que aprende y en cada joven que se supera, hay un maestro hondureño que lo inspiró y lo acompañó.