En un mediodía impregnado de solemnidad y recuerdos, la ciudad de Olanchito se detuvo para despedir a uno de sus hijos más queridos. Los restos mortales del ex alcalde, QDDG José Tomás Ponce Posas, encontraron su último reposo en el cementerio local, rodeados del cariño y la admiración de quienes lo conocieron y amaron.
Desde las primeras horas de la mañana, la Iglesia San Jorge se llenó con la música melancólica del coro de la Iglesia, anunciando el inicio de un último adiós. Centenares de personas se congregaron para acompañar al Ingeniero Tomás en su viaje final, recordando con cariño su dedicación y servicio a la comunidad.
Bajo el implacable sol del mediodía, el feretro avanzaba lentamente acompañado por la banda sel InstitutoFrancisco Mejía, como un símbolo de la vida y el legado dejado por el ex alcalde. Aunque pocas figuras políticas se hicieron presentes, el verdadero homenaje llegó de las aldeas, barrios y colonias de Olanchito, donde la gente común se unió para despedir a su líder y amigo.
Entre el murmullo de las lágrimas y los suspiros, resonaba el eco de los recuerdos compartidos y las historias de lucha y superación. El expresidente Manuel Zelaya llegó justo a tiempo para ofrecer sus condolencias, uniendo su voz al coro de tristeza y gratitud que envolvía la ceremonia.
A medida que el feretro se adentraba en el camposanto, el silencio se hizo más profundo, marcando el final de una era y el comienzo de una nueva etapa en la memoria colectiva de Olanchito. Aunque el Ingeniero Tomás haya partido físicamente, su espíritu perdurará en cada rincón de la ciudad y en el corazón de quienes lo recordarán con cariño y admiración.