Olanchito, Yoro | Desde las primeras horas de la mañana, los tres cementerios de Olanchito se llenaron cientos de familias que con flores frescas, baldes de agua y escobas en mano, acudieron a los camposantos para rendir homenaje a sus seres queridos fallecidos en el Día de los Difuntos, una tradición que se mantiene viva generación tras generación en Honduras.

“Cada año venimos con mis hijos a limpiar la tumba de mis padres. Es nuestra forma de decirles que no los olvidamos”, contó Doña Isabel Hernández, una vecina del barrio El Triángulo, mientras colocaba flores sobre la cruz de cemento.
La jornada se extendió durante todo el día. Familias enteras aprovecharon para compartir alimentos, rezar y recordar a quienes partieron. Algunos llevaron guitarras y entonaron himnos que, entre lágrimas, se convirtieron en plegarias.

El 2 de noviembre, conocido como el Día de los Fieles Difuntos, es una celebración heredada de la tradición católica, instaurada por el monje benedictino San Odilón de Cluny en el siglo XI, como una fecha especial para orar por las almas del purgatorio.
Con la llegada del cristianismo a América, esta costumbre europea se fusionó con las creencias indígenas sobre la muerte y el espíritu, dando lugar a una tradición mestiza cargada de simbolismo.

En Honduras, la fecha se celebra con profundo respeto y emotividad. En las zonas rurales, las familias acostumbran visitar los cementerios desde la víspera, llevando flores, velas, agua y escobas para limpiar y adornar las tumbas. Muchos lo describen como un “encuentro espiritual” más que una despedida.
“No es tristeza lo que se siente hoy, es amor. Ellos siguen aquí, en nuestros recuerdos”, dijo María Elena Cruz, una joven que llegó con su abuela al cementerio de la comunidad de El Coyolar.
En Olanchito, los tres cementerios recibieron una concurrencia masiva, custodiados por agentes municipales y voluntarios que ayudaban a mantener el orden y la limpieza.

Las floristerías locales, por su parte, reportaron un incremento en las ventas, especialmente de rosas, girasoles y claveles, flores tradicionalmente asociadas con esta fecha.

