Olanchito, Yoro – Las calles de Olanchito se han transformado en un escenario de colores, aromas y emociones con la llegada del Día del Amor y la Amistad. El dulce perfume de las rosas, lirios y girasoles, junto con la calidez de los vendedores, envuelve la ciudad en un ambiente que despierta recuerdos y sentimientos profundos.
Desde inicios de la semana, los comerciantes han dado vida a los rincones más transitados de la ciudad, ofreciendo arreglos florales, peluches y chocolates a quienes buscan sorprender a sus seres queridos.
Con esmero, acomodan cada flor y detallan cada obsequio, asegurándose de que cada regalo lleve consigo un mensaje de amor.
“No hay que esperar solo el 14 de febrero para demostrar lo que sentimos”, comenta un vendedor mientras acomoda con delicadeza un ramo de rosas. “Una flor siempre alegra el corazón y nos ayuda a seguir adelante con nuestros negocios”. Sus palabras resuenan con la nostalgia de un tiempo en el que los pequeños gestos de cariño tenían un valor incalculable.
Más allá del bullicio y el comercio, esta fecha nos recuerda la esencia del amor en todas sus formas. Los abrazos, las sonrisas y los encuentros entre amigos y parejas recuerdan que el verdadero significado de San Valentín no reside en un simple regalo, sino en la oportunidad de compartir, recordar y valorar a quienes nos rodean.
Lejos de ser una festividad moderna, el origen de este día se remonta al siglo III en Roma, cuando San Valentín, un sacerdote valiente, desafió las órdenes imperiales al oficiar matrimonios en secreto para jóvenes enamorados. Su acto de amor le costó la vida, pero su legado quedó grabado en la historia como símbolo de la unión y el afecto verdadero.
Hoy, Olanchito revive esa esencia a través de cada flor entregada, cada mirada cómplice y cada palabra de cariño. Porque el amor, en todas sus formas, es un regalo que merece celebrarse cada día.
