Olanchito, Yoro. El calor del verano no pudo opacar el entusiasmo: desde las tres de la tarde, alrededor de 15 mil personas llenaron las calles de Olanchito para celebrar en grande su esperado Gran Carnaval del Jamo, la fiestas más grande del valle del Aguán, organizada por el Club Rotario de Olanchito.

Bajo un sol intenso y temperaturas elevadas, comejamos y visitantes se congregaron para vivir esta tradición que ya forma parte del alma de la ciudad. El desfile arrancó con unas diez coloridas carrozas y animadas comparsas, acompañadas por el orgullo de la tierra, el Jamo Negro especie endemica de la zona, ademas el Club Hípico de Olanchito, que desfiló junto a jinetes invitados del departamento de Colón, llenando de elegancia y tradición las principales calles.

La tarde tuvo su momento solemne con el acto inaugural del desfile, cuando “La Profe Maty” dio el banderazo de salida oficial. En medio de aplausos, la nueva Mariscal del Carnaval recibió de manos de su antecesora el simbólico bastón de mando, que la acredita como la nueva mariscal de la festividad durante este año.

Ya entrada la noche, la gran fiesta se encendió: doce puntos musicales distribuidos a lo largo de la calle principal ofrecieron una oferta musical para todos los gustos, desde rock y música tropical hasta rancheras y música urbana.
Grupos y discomóviles mantuvieron a la multitud bailando y celebrando hasta altas horas de la madrugada.

El acto de inauguración nocturno estuvo a cargo del alcalde Juan Carlos Molina y el presidente del Club Rotario, Marco Antonio Girón, quien recibió de manos del edil un aporte de 100 mil lempiras en apoyo a la organización del evento.
También se destacó el respaldo del diputado Marco Tinoco, quien, al igual que en años anteriores, aportó otra donación de 100 mil lempiras, consolidándose ambos como los máximos colaboradores del Carnaval del Jamo en los últimos tres años.

La gran celebración concluyó a las dos de la mañana, sin incidentes que lamentar, en un ambiente de total seguridad y alegría.
Olanchito demostró, una vez más, que su gente sabe celebrar con pasión y hospitalidad, fortaleciendo así una de las tradiciones culturales más importantes de la región durante los últimos 37 años.

