Pacientes viven un infierno en Hospital San Isidro de Tocoa, Colón

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Tocoa, Colón – El calor sofocante en el Hospital San Isidro de Tocoa, Colón, ha convertido la estancia de los pacientes en un verdadero infierno. Con las temperaturas alcanzando niveles insoportables, el mal estado de varios aires acondicionados ha dejado a muchas salas sin climatización, una situación que parece no recibir la atención necesaria ni por parte de la administración del hospital ni de la Secretaría de Salud.

Un paciente de la sala de varones, visiblemente afectado, describe la difícil realidad que enfrentan: “De 7 de la mañana a 7 de la noche, el calor es insoportable. Los que tienen familiares, al menos les soplan con cartón, pero a los demás no nos queda otra que soportar”.

Sus palabras son un reflejo del sufrimiento diario que se vive en el hospital, donde solo algunos ventiladores viejos logran mover el aire en salas abarrotadas de personas enfermas.

Las salas más afectadas incluyen Ginecología, la sala de dengue para niños, emergencias, pediatría y la sala de adultos. En muchas de estas áreas, los aires acondicionados están en pésimo estado, mientras que en otras, como la sala de medicina, simplemente no hay ningún sistema de climatización.

El personal de mantenimiento del hospital ha señalado que el sistema eléctrico está gravemente dañado, lo que complica aún más la posibilidad de una solución rápida.

“Cuando se va el fluido eléctrico, la situación se vuelve aún más insoportable. Solo habilitan el alumbrado, pero los tomacorrientes no funcionan, así que ni siquiera podemos usar ventiladores”, comenta otro paciente, visiblemente agotado.

Esta realidad es especialmente crítica en las áreas de atención intensiva y pediátrica, donde la falta de aire acondicionado pone en riesgo la recuperación y el bienestar de los pacientes más vulnerables.

Las quejas se acumulan, pero la respuesta de las autoridades sigue siendo insuficiente. Los pacientes y sus familiares, desesperados, piden una intervención urgente para solucionar estos problemas, que no solo afectan la comodidad, sino que también comprometen la salud y la dignidad de quienes se encuentran en uno de los momentos más difíciles de sus vidas.

“Esto no es vida”, concluye un paciente, mientras intenta encontrar alivio en medio de un calor que parece no tener fin.