Santa Bárbara / Intibucá – En el departamento de Santa Bárbara, un pastor identificado como Wilmer Castellanos, de 55 años, fue brutalmente asesinado a machetazos en el sector de Las Flores, comunidad de Los Laureles.
Según testigos, Castellanos se preparaba para oficiar un culto junto a otro pastor en el patio de una vivienda, cuando un hombre armado con un machete irrumpió en el lugar y lo atacó sin mediar palabra.
El ataque, descrito como salvaje y repentino, dejó al religioso gravemente herido. Pese a que fue trasladado de emergencia a un centro de salud en Peña Blanca, Santa Cruz de Yojoa, no logró sobrevivir a la gravedad de las heridas.
Mientras tanto en el occidente del país se descubría otro hecho atroz. En el municipio de Yamaranguila, Intibucá, el cuerpo sin vida de una mujer fue hallado en una zona boscosa de la aldea El Cerrón, cerca de la carretera hacia la frontera con El Salvador.
La víctima, cuya identidad aún se desconoce, presentaba signos de abuso sexual y había sido cubierta con una manta rosada. El hallazgo fue realizado en un paraje solitario, aumentando el misterio y la indignación entre los pobladores.
Estos dos crímenes se suman a la alarmante estadística que refleja la magnitud de la violencia en el país: en promedio, seis personas son asesinadas cada día en Honduras, según datos del Observatorio de la Violencia de la UNAH.
