Expresiones atribuidas al general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, contra el periodista Renato Álvarez han provocado una fuerte reacción pública y encendido alertas sobre la seguridad de los comunicadores y el respeto a la libertad de prensa en Honduras, luego de que dichas palabras fueran calificadas como una “amenaza” contra la vida del comunicador.
Según información conocida a partir de una fuente interna y posteriormente difundida por EL HERALDO, las expresiones habrían sido pronunciadas durante una reunión interna en la que se resolvió separar de sus cargos a varios uniformados señalados de reprimir a militantes del Partido Libertad y Refundación (Libre) durante protestas frente al Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop), donde funciona el Centro Logístico Electoral (CLE), sede del escrutinio especial.
De acuerdo con la fuente, tras recibir una llamada telefónica, el general Hernández habría dicho: “Renato Álvarez, ese hijo de pu…, basura”, y lo habría calificado de “arrastrado de los empresarios”, añadiendo la frase “ya va a ver cómo va a quedar”, comentario que el propio periodista interpretó como una amenaza directa.
La situación fue denunciada públicamente por Álvarez durante la emisión del noticiero TN5 Estelar, donde exigió al alto mando militar aclarar el alcance de sus palabras.
“Dígaselo a Honduras, cómo voy a quedar, general Hernández, porque todo el mundo lo ha entendido como una amenaza”, expresó el periodista al aire, subrayando que, si bien acepta críticas personales, no puede pasar por alto una frase que sugiere daño o represalia.
Álvarez añadió que el general tiene derecho a opinar o incluso a insultarlo, pero recalcó que en el marco de la libertad de expresión y de prensa, esas palabras deben hacerse públicas cuando provienen de un alto funcionario del Estado y pueden interpretarse como intimidación. “¿Cómo voy a quedar yo? Dígaselo a Honduras”, reiteró.
Consultado horas después en una entrevista concedida a HCH, el general Hernández no negó haber emitido las declaraciones dirigidas al periodista y evitó profundizar en varios de los señalamientos contenidos en la publicación periodística que dio origen a la polémica, lo que incrementó la controversia y las demandas de esclarecimiento.
