Olanchito, Yoro – La indignación y el cansancio por la falta de pago han llevado al personal de salud del Seguro Social en Olanchito a tomar medidas drásticas. Ayer lunes, médicos y enfermeras decidieron suspender sus labores en protesta por los siete meses de salarios adeudados, dejando a miles de derechohabientes sin consulta médica.
“Pasamos Navidad sin dinero, solo con nuestros ahorros. Es injusto. Esta es la única forma que conocemos para presionar a las autoridades a nivel central”, expresó el doctor Marco Paredes, uno de los afectados por la crisis salarial.
A pesar del paro, el personal ha asegurado que continuará atendiendo únicamente las emergencias, priorizando los casos críticos que lleguen al subrogado del Seguro Social en la ciudad. Sin embargo, la medida ha generado preocupación entre los afiliados, quienes dependen de estas atenciones para recibir sus tratamientos y consultas médicas.
Más de 80 empleados del centro asistencial están enfrentando la falta de ingresos, lo que ha afectado no solo su estabilidad económica, sino también la calidad del servicio que pueden brindar.
“Trabajar bajo estas condiciones es desgastante. Tenemos familias, compromisos y deudas, y el gobierno simplemente nos ignora”, comentó una enfermera que prefirió mantenerse en el anonimato.
La situación ha causado indignación en la comunidad, sobre todo porque, recientemente, se denunció en Tegucigalpa el hallazgo de planillas fantasmas dentro del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), un hecho que contrasta con la realidad de los trabajadores que sí cumplen con su labor, pero no reciben su salario a tiempo.
Hasta el momento, las autoridades del IHSS no han brindado una respuesta concreta a las exigencias del personal de salud. Sin embargo, los trabajadores han dejado claro que no retomarán sus actividades normales hasta recibir el pago de sus salarios atrasados.
La crisis en el Seguro Social de Olanchito es un reflejo de los problemas estructurales que enfrenta el sistema de salud en Honduras, donde la falta de fondos, la corrupción y la mala administración han afectado tanto a los trabajadores como a los pacientes que dependen de estos servicios.
