Policía compra vehículos blindados en medio de un país que pide medicinas y seguridad

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La reciente adquisición de cinco vehículos blindados tácticos Karnaf por parte de la Policía Nacional Preventiva ha desatado una ola de críticas y malestar en Honduras. La noticia, difundida a través de las redes sociales oficiales de la institución, fue recibida con comentarios cargados de indignación por parte de una población que enfrenta necesidades urgentes en salud, infraestructura y seguridad alimentaria.

“No hay medicinas en los hospitales”, “La gente muriéndose de hambre”, y “Arreglen las calles, gobierno incompetente”, fueron algunas de las expresiones que inundaron las plataformas digitales tras el anuncio.

La compra de los vehículos blindados, justificada por la policía como una medida para “garantizar la seguridad de los agentes” y “mejorar las misiones de patrullaje, rescate y vigilancia”, parece haber llegado en el momento equivocado.

En un país donde las carreteras destruidas dificultan el acceso a las comunidades y donde la falta de insumos médicos en los hospitales sigue siendo una constante, los ciudadanos consideran que las prioridades del gobierno están desfasadas.

Además, el debate se intensifica con el reciente retiro de la extradición de narcotraficantes, lo que ha generado cuestionamientos sobre el verdadero propósito de los nuevos vehículos blindados.

En redes sociales, el malestar crece al ritmo de una población que se siente ignorada en sus demandas más básicas. Mientras los vehículos Karnaf prometen proteger a los agentes en operativos tácticos, los hondureños exigen protección en sus derechos fundamentales: salud, seguridad y una vida digna.

La desconexión entre las necesidades del pueblo y las decisiones gubernamentales parece profundizarse, dejando una sensación de desamparo que ninguna patrulla blindada podrá disipar.