La brisa de la mañana acariciaba los rostros de los habitantes de Sabá mientras la ciudad se preparaba para un día especial. Con el lema “Lo mejor de nuestro municipio”, Sabá celebró su Cuarta Expoferia, un evento diseñado para apoyar a los pequeños emprendedores locales y fortalecer el compartir comunitario.
Desde el amanecer, la casa de la cultura comenzó a llenarse de color y vida. Más de 30 familias emprendedoras montaron sus puestos, cada uno ofreciendo una variedad de productos que reflejaban la creatividad y el esfuerzo de la gente de Sabá. Los aromas de postres caseros, comidas tradicionales y vinos artesanales llenaban el aire, atrayendo a los primeros visitantes del día.
La jornada avanzó con un flujo constante de personas que llegaban con entusiasmo para explorar y degustar las delicias locales. Familias enteras paseaban por los puestos, probando dulces, admirando bisutería hecha a mano y apreciando los hermosos arreglos florales. Cada stand contaba una historia de dedicación y pasión, desde los jóvenes emprendedores que mostraban su talento en la cocina, hasta los artesanos que ofrecían sus obras maestras.
La expoferia no solo fue un lugar para comprar y vender, sino también un espacio de encuentro y celebración comunitaria. Los asistentes intercambiaban sonrisas y conversaban animadamente, creando un ambiente de camaradería y apoyo mutuo. La música en vivo y las presentaciones culturales añadieron un toque festivo, mientras los niños disfrutaban de juegos y actividades organizadas especialmente para ellos.
Estas historias de éxito local resonaron con un mensaje de esperanza y posibilidades, inspirando a otros a seguir sus sueños. La Cuarta Expoferia de Sabá culminó al caer la noche, pero el espíritu de la jornada dejó una huella duradera en la población. Los emprendedores se despidieron con la satisfacción de haber compartido su trabajo y haber recibido el apoyo de sus vecinos.
La feria demostro una vez más que Sabá es un municipio lleno de talento y potencial. Y mientras el sol se posaba sobre el horizonte lentamente, los habitantes de Sabá regresaban a sus hogares, llevando consigo el orgullo y la inspiración para continuar construyendo un futuro brillante y lleno de oportunidades.
