Sabá, Colón. Hace sesenta años, un grupo de ciudadanos soñadores se embarcó en la noble misión de dar identidad y autonomía a una comunidad que, hasta entonces, había sido parte de las aldeas de Sonaguera.
Fue un 4 de septiembre de 1964 cuando, con el esfuerzo y la perseverancia de estos hombres y mujeres, se emitió el decreto que dio vida al municipio de Sabá. Ese mismo año, Hermenegildo Cortés asumió el cargo de primer alcalde, guiando a la naciente comunidad en sus primeros pasos.
La historia de Sabá se entrelaza con las aguas del río Aguán, donde, en la década de 1930, los primeros pobladores comenzaron a construir sus vidas. Con el paso del tiempo, más familias se sumaron a esta aventura, atraídas por la promesa de una vida mejor, alimentada por el desarrollo de las fincas bananeras de la Standard Fruit Company. Apellidos como Banegas, Guillén, Zelaya y Martínez fueron los primeros en resonar entre los vientos de este nuevo municipio, estableciendo las bases de lo que, con el tiempo, se convertiría en un vibrante centro de vida y cultura.
En aquellos días, Sabá era un pequeño rincón del mundo, conectado al resto del país solo a través de cayucos que cruzaban el río Aguán. Los habitantes debían enfrentarse a las aguas para llegar hasta Elixir, donde tomaban el tren hacia La Ceiba. Fue en la década de 1940 cuando el ferrocarril trazó su camino por el corazón de la ciudad, dejando una huella en la memoria colectiva. Hoy, algunas casas de madera que una vez albergó la compañía bananera siguen en pie, testigos de una era que marcó el inicio de todo.
El crecimiento de Sabá desde sus modestos comienzos ha sido constante. Lo que empezó con solo tres barrios ha florecido hasta convertirse en una comunidad de veinte colonias y diez barrios. Pero el desarrollo no ha sido solo físico. La construcción del nuevo puente Aguán, tras el devastador huracán Mitch, simboliza el espíritu de un pueblo que no se rinde, uniendo las dos orillas de un río que ha sido testigo de tantas historias.
Edgardo Ruiz, uno de los fundadores, recuerda con nostalgia los numerosos viajes a Tegucigalpa para lograr la independencia de Sabá. “Desde ese tiempo, Sabá ha crecido en su infraestructura y población. Esperamos que las autoridades que vengan sigan haciendo obras importantes para seguir el desarrollo del municipio”, comenta, su voz cargada de la sabiduría que solo los años pueden otorgar.
El Instituto Cuatro de Septiembre de 1964, que lleva con orgullo el nombre de la fecha de fundación del municipio, celebra su 45 aniversario como el centro educativo más grande de la ciudad. Lo que comenzó como una pequeña escuela en la casa de la cultura, hoy es un sólido edificio que continúa brindando educación a las nuevas generaciones, preservando y nutriendo el legado de Sabá.
Ubicado en el corazón del fértil valle del Aguán, Sabá se encuentra rodeado por los ríos Aguán y Monga, a 28 kilómetros de Tocoa y 36 kilómetros de Olanchito. Con una población que ya alcanza los cincuenta mil habitantes, el municipio se ha convertido en un ejemplo de progreso, donde el comercio, la ganadería y la agricultura, con el cultivo de la palma y el banano, son los motores económicos que siguen impulsando su desarrollo.
Felicidades habitantes de Saba en su aniversario como Municipio…