Trujillo recibe menos vacacionistas durante Semana Santa por lluvias, carreteras en mal estado y altos costos

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Trujillo, Colón. A pesar de su fama como uno de los destinos más emblemáticos del litoral atlántico hondureño, Trujillo no ha vivido su mejor Semana Santa. Durante los primeros días del feriado, el número de visitantes ha sido considerablemente menor en comparación con años anteriores, particularmente en el casco histórico de la ciudad y su tradicional playa pública, donde el bullicio de otros tiempos ha sido reemplazado por una calma inusual.

El mal clima no dio tregua. Las lluvias intermitentes registradas a inicios de semana disuadieron a muchos veraneantes de visitar las playas o emprender largos recorridos.

A ello se suma el deteriorado estado de la carretera, una de las principales quejas de los viajeros, quienes aseguran que las condiciones de la vía de acceso desde Tocoa o La Ceiba han hecho que el viaje a Trujillo se convierta en una odisea.

Además del clima y las carreteras, otro factor que ha influido es el alto costo del hospedaje.

En zonas como Cocalito, donde se concentran nuevos hoteles y restaurantes de playa, y el casco histórico de Trujillo algunos establecimientos han ofrecido paquetes para tres personas por dos noches hasta por 18 mil lempiras, una cifra que muchas familias consideran excesiva para un destino local.

Esta situación ha llevado a que varios turistas opten por buscar alternativas más accesibles en otros municipios o incluso quedarse en casa.

Pese a todo, el sector de Cocalito ha registrado un ligero repunte en visitantes, especialmente entre quienes buscan una experiencia más privada y exclusiva.

Sus nuevos espacios turísticos, con infraestructura moderna, han captado la atención de un público específico, aunque este movimiento no ha sido suficiente para compensar la baja general en otros puntos tradicionales.

Los comerciantes locales mantienen la esperanza de que el flujo de turistas aumente durante el fin de semana, especialmente el sábado y domingo, cuando históricamente se registra el mayor movimiento de visitantes.

Restauranteros, vendedores ambulantes y hoteleros confían en que, si el clima mejora, se pueda cerrar la Semana Santa con mejores ingresos.