Trujillo. Dice un dicho local, que si Cristobal Colón volviera a Trujillo, nada le extrañaría. La ciudad histórica de Honduras; el primer asentamiento fundado por los españoles, hace casi 500 años, no ha cambiado, y sus habitantes recienten eso, cuando ven que su pueblo sigue estancado en el silencio.

El 18 de mayo de 1525, Juan de Medina, cumpliendo un mandato en cadena de Hernán Cortés, fundó la villa de Truxillo, y así se estableció el primer poblado fundado por los españoles en Centro América.

La posición de Trujillo era tan estratégica como también vulnerable, en los siglos siguientes, sufrió el acoso de piratas, ya que era un puerto muy importante para la Corona Española.
Debido a los constantes ataques, la villa fue perdiendo interés por los españoles, quienes decidieron establecerse en Comayagua, y Truxillo fue relegado a un punto de tránsito.

La ciudad sigue dormida, y su festejo en vez de ser una fiesta nacional, es la vergüenza de un país, pues la hija mayor de Honduras, hoy por hoy, esta postrada.
Con calles en mal estado, con proyectos turíticos fallidos, y una serie de problemas que suman en la desesperación de sus habitantes.
Una carretera llena de baches y reductores de velocidad, el mal manejo de la basura y otros hábitos, hacen que la ciudad se vuelva difícil de visitar. A parte que es un destino caro.
Así como son las vísperas, así será la fiesta, y eso es lo que contemplan los trujillanos, que a más de un mes de cumplir los 500 años de fundación de su ciudad, no hay ese alerde que merece Trujillo de parte del gobierno central.

La ciudad cin la bahía más profunda de Centro América, solo se limita a contemplar los barcos que vienen a traer el banano y aceite que parcialmente produce el departamento de Colón. Mientras el turismo, apenas alcanza a los nacionales, pues los exploradores internacionales están lejos todavía.
La industria de cruceros fue el sueño efímero que este destino logró luego de años de preparación. Los cruceristas dejaron de llegar en 2018, luego de cuatro años de visitas programadas.
La ciudad no dio el ancha a una industria exigente, pese a que sus bondades naturales son impresionantes. Trujillo, sigue luchando, hay esfuerzos locales que siguen apostando en toda la costa de la bahía.

La estatua de Cristóbal Colón apuntando el norte en el mirador municipal, más parece señalar otra suerte que no es la de Trujillo, en ese inmenso mar Caribe