El barrio San Antonio, en Nueva Arcadia, Copán, fue escenario de una nueva tragedia el pasado 25 de enero, cuando Jefferson Yahir Villanueva, un adolescente de entre 14 y 16 años, fue atacado a balazos por sujetos motorizados.

Según testigos, el joven fue sorprendido por dos individuos a bordo de una motocicleta, quienes le dispararon en múltiples ocasiones antes de huir con rumbo desconocido.
Gravemente herido, Villanueva fue trasladado a un centro asistencial privado, donde finalmente se confirmó su fallecimiento.
Las autoridades llegaron al lugar del ataque para iniciar las investigaciones y recabar evidencias que permitan identificar a los responsables. Este crimen ha generado indignación y temor entre los pobladores, quienes claman por justicia y mayor seguridad en la zona.
Un país marcado por la violencia juvenil
El asesinato de Jefferson Yahir Villanueva ocurrió en un momento de creciente violencia en Honduras. Apenas horas antes, en La Ceiba, Atlántida, se reportó la muerte de otra adolescente, Kimberly Elizabeth Hernández Espinoza, de 16 años, quien fue brutalmente golpeada y abandonada cerca del malecón.
Las cifras reflejan la gravedad de la situación. Según el Sistema Estadístico Policial en Línea (Sepol), hasta el 25 de febrero se han registrado 306 homicidios en el país. El departamento de Cortés contabiliza 37 casos, superado por el Distrito Central con 47 homicidios, mientras que Olancho registra una cifra similar.
La ola de asesinatos de jóvenes ha encendido las alarmas sobre la inseguridad y la impunidad en Honduras. La población exige acciones concretas de las autoridades para frenar la violencia que sigue cobrando vidas inocentes.