Olanchito, Yoro – La noche en Olanchito se vistió de emociones cuando un autobús de ruta llegó con dos pasajeros muy esperados. Rossel Núñez, de 27 años, y su sobrino Grevin Núñez descendieron con pasos cansados, pero con la mirada ansiosa de quien regresa de una pesadilla.

Ambos fueron liberados en México tras haber sido secuestrados por una célula criminal, que exigía un rescate para no arrebatarles la vida.
El viaje que comenzó con la ilusión del sueño americano terminó en un capítulo casi trágico. Salieron de la colonia 21 de noviembre de Olanchito el 23 de enero, dejando atrás su hogar con la esperanza de encontrar un mejor futuro en Estados Unidos.
Pero el destino les tenía preparado un calvario: fueron interceptados en Monterrey, Nuevo León, por una célula de Los Zetas, quienes los mantuvieron en cautiverio, exigiendo 19 mil dólares por su liberación.

Un rescate que costó todo
Para salvarlos, sus familiares en Olanchito vendieron todo lo que tenían: vehiculo, muebles y otros enseres. Cada billete reunido no era solo dinero, sino la representación del amor y la desesperación de una familia que no estaba dispuesta a perderlos. Tras semanas de angustia y negociaciones, finalmente lograron reunir la suma y los secuestradores cumplieron su palabra: los dejaron libres.
La llegada de este autobus de ruta a una gasolinera local en Olanchito se convirtió en un escenario de abrazos interminables y lágrimas silenciosas. Entre los brazos de sus seres queridos, Rossel y Grevin encontraron consuelo y alivio, aunque sus miradas delataban el peso de lo vivido.

El precio del sueño americano
Este reencuentro agridulce deja una lección dolorosa en la sociedad Hondureña. Cada día, miles de compatriotas parten con la esperanza de alcanzar una vida mejor, sin saber si el camino los conducirá a la gloria o al infierno.