Olanchito, Yoro – En medio del acto conmemorativo por el 25 aniversario del Centro Regional Universitario del Valle del Aguán (CURVA), hoy UNAH Campus Yoro, un mensaje lleno de nostalgia y gratitud se escuchó entre el público.

Era la voz de una hija Ada Amalia Puerto recordando a su padre y a la gesta silenciosa que hizo posible que Olanchito tenga universidad.
Sentada en su finca “La Conquista”, rememoró aquellos días en que su padre decía a su madre que debían mudarse a Tegucigalpa para que sus hijos pudieran estudiar en la universidad.
“Le daba pesar abandonar Olanchito y ver a tantos jóvenes salir para formarse en otras ciudades”, narró Ada Amalia Puerto.
Fue ese sentimiento, explicó, el que lo llevó a unirse a don Cecilio Zelaya Lozano —único rector de la UNAH con raíces olanchitenses —, a don Juan Ramón Fúnez, a don Lucas Zelaya y a otros distinguidos ciudadanos para dar forma a un sueño colectivo: traer la educación superior al Valle del Aguán.
Ese sueño se materializó con un acto de generosidad que hoy es historia: la donación del terreno conocido como “La Fabiana”, propiedad de la familia por más de 100 años.
“Fue donado en parte por mi familia y adquirido también por la UNAH; mi madre firmó la escritura porque mi padre, lamentablemente, no pudo ver concluido su sueño, El Señor se lo llevó al cielo a los 67 años”, relató Ada Amalia con la voz entrecortada.
El mensaje, pronunciado en nombre de la familia Puerto que impulsó la creación del campus, fue también un llamado a las nuevas generaciones:
“Hoy levanto mi voz en nombre de ellos y les digo a los jóvenes que nunca dejemos perder este lugar, que lo apoyemos, que crezca y que, en manos de este rector joven que tenemos, con la energía que se le ve, sigamos respaldando esta obra”.

Con gratitud recordó que hace 21 años, durante la inauguración del módulo número uno nombrado abogado Ibrahim Puerto Posas, ella misma se dirigió al público desde aquel lugar. Hoy, volvió a agradecer y a bendecir a la ciudad cívica:
“Sigamos luchando por el desarrollo de nuestro pueblo Olanchito, porque como Olanchito no hay otro; por eso somos todos 1807. Muchas gracias” puntualizó.
La intervención fue un testimonio de que la UNAH Campus Yoro no es solo una infraestructura educativa, sino el fruto del sacrificio, la visión y el compromiso de familias y líderes locales.
Un recordatorio de que la universidad es herencia de lucha y amor por la educación, y de que el futuro de Olanchito se construye honrando esa historia.