Olanchito, Yoro – El zumbido constante de las avionetas de fumigación marca el ritmo de vida en la aldea de San Luis y varias comunidades, en Olanchito.
Entre las 6 y 7 de la noche, el cielo se convierte en un escenario habitual de vuelos rasantes que cruzan las fincas bananeras a lo largo del valle del Aguán.
Ese sonido, que para muchos es casi un reloj natural, se interrumpió de manera trágica el pasado Domingo, cuando uno de esos vuelos rutinarios se convirtió en el último para Darwin Meza, joven piloto de la empresa frutera.
A la orilla del caudaloso río Aguán, cuyas aguas reflejan las avionetas que sobre él pasan cada día, ocurrió el fatal desenlace. La aeronave que Meza pilotaba se precipitó inesperadamente, dejando tras de sí un silencio pesado y un aire de incertidumbre.
Hasta el momento, las causas del accidente son desconocidas, pero el impacto ha dejado una huella en las comunidades que noche a noche escuchaban su vuelo.
Este hecho rompe con una larga racha de seguridad en la zona. El último accidente aéreo en las plantaciones se registró hace más de 15 años, y aunque en aquella ocasión hubo daños materiales, no se lamentaron pérdidas humanas.
Sin embargo, el trágico incidente de este domingo se convierte en un capítulo doloroso para la aviación agrícola en el valle del Aguán, un recordatorio de los riesgos que enfrentan quienes, día a día, surcan los cielos en tareas esenciales para la producción agrícola.
