En el oriente del departamento de Colón, específicamente en el valle de Sico, los caminos de tierra se ven interrumpidos por puentes provisionales, cuya falla incluso de la más mínima tabla podría dejar incomunicadas a decenas de comunidades productivas. A lo largo de los años, este valle ha estado clamando por mejores vías de acceso, ya que llegar hasta aquí implica desafiar balsas y puentes improvisados.
Los habitantes de estas comunidades se ven obligados a asumir con sus propias fuerzas el mantenimiento de estos pasos improvisados. Sin embargo, se necesitan recursos económicos para hacer frente a esta situación, ya que las autoridades locales parecen estar agotadas de remendar los mismos problemas una y otra vez.
El apoyo del Estado en esta región es desconocido. Uno de los puntos críticos es el puente sobre el río El Anzuelo, cuya falla podría paralizar la producción ganadera y agrícola de este valle perteneciente al municipio de Iriona. El riesgo de que esta estructura de madera falle es real, con algunas de sus piezas presentando fisuras que podrían causar accidentes vehiculares y dejar incomunicadas a unas 20 comunidades.
A pesar de ser una región tan productiva, el valle de Sico aún no ha logrado captar la atención y el apoyo necesario del Gobierno Central. Esta situación pone en peligro la vida y el sustento de miles de personas que dependen de estas vías de acceso para llevar a cabo sus actividades diarias.