Olanchito, Yoro. – Contra todo pronóstico, leyes de la física y hasta la lógica humana, Argeo vuelve a hacer de las suyas en la segunda entrega del cómic que ha puesto a sudar frío a las locomotoras del Valle del Aguán.

Sí, leyó bien. El hombre que convirtió las barras de jabón en medios de transporte, regresa con su sombrero bien puesto, su bordón de confianza y una nueva hazaña: llegar a La Ceiba sin gastar pasaje, sin pagar peaje y sin despeinarse… mucho.

La caricatura, publicada por el irreverente y siempre picante periódico digital El Comejamo, narra cómo Argeo, al quedarse sin tren, sin paciencia y con prisa, decidió improvisar unos “zapatines jabonosos” con mecate del bueno y deslizarse por las vías del tren como si fuese atleta olímpico de curling rural.

Las viñetas, dibujadas en un estilo tan expresivo como su protagonista, muestran a Argeo surcando El Juncal, Planes y Jutiapa a toda velocidad, mientras las locomotoras —con ojos humanizados— se hacen a un lado como si se tratara del mismísimo ferrocarril de la montaña encantada.

Y por si fuera poco, tras cumplir su proeza, Argeo regresa a Olanchito en tren, con jabones colgados como medallas olímpicas, y hasta se da tiempo para visitar “Ricardos Store” y comprarse una lavadora para que la doñita le lave los calzoncillos.

El Comejamo ha anunciado que esta es solo una de muchas entregas de las perras de Argeo y otros personajes iconicos del pueblo, ese personaje que parece salido de un cuento oral, pero con más machete, más jabón y más picardía hondureña.

“Esto no es solo un cómic, es un testimonio gráfico de la creatividad rural, del humor con sombrero y de la idiosincrasia catracha sobre rieles,” declaró un lector entre carcajadas y nostalgia.

Atentos a la próxima entrega, donde no se descarta que Argeo invente un dron con tapaderas de olla o un submarino con tinacos de agua.

