El amanecer del jueves trajo consigo luto y dolor para los residentes de la colonia Rosales, en San Francisco de La Paz, Olancho. Una nueva masacre, que ha dejado a la comunidad en estado de shock, cobró la vida de al menos tres personas, según los primeros informes policiales.
Las calles, normalmente tranquilas de este pequeño municipio en la zona oriental de Honduras, se llenaron rápidamente de patrullas y oficiales de la Policía Nacional, quienes se desplazaron al lugar de los hechos apenas se conoció la noticia.
Al llegar, encontraron una escena devastadora: los cuerpos de un hombre y dos mujeres, quienes, según los informes preliminares, fueron víctimas de un crimen que, al parecer, tuvo motivaciones pasionales.
“Es algo que jamás pensamos que pasaría aquí. Todo fue tan rápido, no pudimos hacer nada”, comentó un vecino que prefirió no ser identificado.
Las autoridades han indicado que el presunto responsable es la expareja de una de las víctimas, quien irrumpió en la vivienda y acabó con la vida de las tres personas en un acto de violencia brutal que ha dejado a los pobladores sumidos en el miedo y la tristeza.
La Policía Nacional acordonó la zona mientras los investigadores comenzaban a recopilar evidencias para esclarecer los detalles del crimen.
Sin embargo, para muchos en la colonia Rosales, ninguna explicación podrá borrar la sensación de inseguridad que ahora pesa sobre sus vidas.
Los residentes de San Francisco de La Paz están lidiando con la realidad de una violencia que sigue cobrando vidas en Honduras, y que esta vez golpeó con fuerza en su propia comunidad.