Consejo de defensa respalda la decisión de terminar el tratado de extradición con Estados Unidos

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En una reunión celebrada este viernes, el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad (CNDS) expresó su apoyo total a la presidenta Xiomara Castro en su decisión de poner fin al Tratado de Extradición con Estados Unidos.

Además, el CNDS acusó a la Embajada de Estados Unidos de intentar desestabilizar la institucionalidad democrática del país, una afirmación que marca un nuevo capítulo en las tensiones diplomáticas entre ambas naciones.

El ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez, fue el encargado de leer un comunicado en el que el CNDS manifestó su respaldo a la presidenta Castro, al secretario de Defensa, José Manuel Zelaya, y al jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas (FFAA), Roosevelt Hernández.

Según el comunicado, estos líderes enfrentan “ataques y amenazas” por parte de la Embajada de Estados Unidos, que, según ellos, busca socavar la estabilidad del gobierno hondureño.

La denuncia de Castro sobre el Tratado de Extradición ha generado un debate considerable, con el CNDS argumentando que dicho tratado podría ser manipulado para desestabilizar el país.

En su declaración, el ministro de Defensa, José Manuel Zelaya, condenó lo que calificó como “acciones injerencistas y desestabilizadoras” que supuestamente buscan promover un nuevo golpe de Estado y poner en peligro el proceso electoral.

El CNDS, compuesto por los presidentes de los tres poderes del Estado, el Fiscal General, el ministro de Defensa, el ministro de Seguridad, el jefe de las FFAA y el director de la Policía, reafirmó su compromiso de continuar la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico, a pesar de las crecientes tensiones con Estados Unidos.

Además, insistieron en la importancia de defender la soberanía nacional y la paz interna del país.

Este respaldo institucional a la presidenta Castro ocurre en un momento crítico para Honduras, con desafíos tanto en el frente interno como en sus relaciones internacionales. La situación sigue desarrollándose, mientras la comunidad internacional observa de cerca los próximos pasos del gobierno hondureño y las reacciones de Estados Unidos.