La Ceiba. En la jungla ceibeña, una porción tan pequeña como grande, se esconde un proyecto que desde hace 17 años es la esperanza para decenas de jóvenes y niños que viven en las zonas más conflictivas de esta ciudad, del Caribe de Honduras.
En ese corredor turistico y ecológico donde el río Cangrejal es el amo y el encanto natural de La Ceiba, en sus orillas entre una falda de una montaña inclinada, donada por imponentes árboles, se levanta Jungle School, un centro educativo con niveles prebásico y básico, para niños que viven en realidades con desigualdad y conflicto social.
“La idea de este centro es para ofrecer oportunidades de enseñanzas a esos niños jóvenes que viven en esa zonas de conflicto en La Ceiba”, explicó David Ahsbi, fundador de Helping Honduras Kids, Organizacion que está a cargo del centro educativo.
Actualmente son unos 200 estudiantes que cursan su primaria y secundaria en esta institución, que parece pérdida en el bosque.
“Son niños que vienen con muchos problemas en su hogar, sufren por los conflictos sociales en sus barrios y colonias. También vienen de las comunidades de la Cuenca del Cangrejal”, dijo este profesional de la Medicina de nacionalidad estadounidense.
Este proyecto inició en el 2007, se estableció a unos 5 kilómetros de la ciudad de La Ceiba, a orillas del río Cangrejal. Asentado en las faldas de un cerro escarpado, todas las mañana de de lunes a viernes, muchos niños llegan aquí con la esperanza de superarse.
Desde que entran, corren sin cansancio los senderos empinados que llevan a las aulas, parece que la vida a su corta edad también los ha preparado para enfrentar esos desafíos físicos.
“Aquí les damos clases de computación, útiles escolares, alimentos y otras ayudas”, compartió Ashbi.
La mayoría de estudiantes cuentan con padrinos o bienhechores en el extranjero, gracias a ellos se les garantiza sus estudios.
La Cuenca de Cangrejal con su imponente paisaje verde que se mezcla con los rápidos y pozas cristalinas, también puede presumir de valores y de personas extraordinarias que se preocupan por el bienestar de los niños jóvenes, así como a conservar y cuidar la biodiversidad que hace único esta pequeña jungla en el departamento de Atlántida.