En las calles de Honduras, el murmullo de la incertidumbre se mezcla con el llamado ineludible de la democracia. A pocas horas de las elecciones primarias, el mensaje es claro: la decisión de cada ciudadano en las urnas no solo definirá el futuro político inmediato, sino que trazará el rumbo del país en los próximos años.

Sin embargo, el ambiente electoral está marcado por una sombra de escepticismo. La falta de confianza en la clase política se ha convertido en un sentimiento generalizado. Muchos de los nombres en las papeletas son rostros conocidos, figuras que han ocupado cargos anteriormente y que, para una parte de la población, han dejado más decepciones que soluciones. En los barrios y parques, se escucha una frase recurrente: “Si se vota, hay que votar por el menos peor”.
A pesar de este desencanto, los expertos en democracia advierten que la abstención no es la solución. Al contrario, beneficia a quienes buscan sacar ventaja de la apatía ciudadana. En este contexto, analistas políticos insisten en la importancia del voto informado, un voto que no solo exprese una preferencia, sino que también actúe como un mecanismo de control social sobre quienes aspiran a gobernar.
Uno de los grandes desafíos sigue siendo la educación electoral. La desinformación, la complejidad del proceso y la falta de pedagogía política por parte de los partidos y autoridades electorales han generado confusión en la población.

Muchos ciudadanos aún no comprenden la magnitud de su decisión, que abarca la elección de candidatos presidenciales, legislativos, municipales y de autoridades partidarias.
No obstante, más allá de las fallas del sistema, cada hondureño tiene en sus manos el poder de decidir. El voto, además de un derecho, es una responsabilidad cívica que impacta en el bienestar de toda la sociedad.
Este domingo, 5.8 millones de hondureños están llamados a las urnas. La historia de Honduras seguirá escribiéndose, y cada voto será una línea en ese relato. La pregunta es: ¿quiénes tomarán la pluma y quiénes dejarán que otros escriban por ellos?