Tegucigalpa, Honduras. La Semana Santa 2025 cerró con un saldo trágico en el país, según el informe oficial de la Comisión Nacional de Prevención en Movilizaciones Masivas (Conapremm), que reportó 21 personas fallecidas, 260 heridas y 189 accidentes de tránsito.

Del total de muertes registradas, 19 ocurrieron por ahogamiento en distintos ríos, playas y balnearios del territorio nacional, mientras que dos fallecimientos fueron consecuencia de accidentes viales.
A pesar de los esfuerzos por prevenir estas tragedias, el número de víctimas supera las expectativas de las autoridades, que se movilizaron en todo el país para salvaguardar la vida de los veraneantes.
El informe también señala que los cuerpos de socorro lograron salvar la vida de 124 personas que estaban a punto de ahogarse, se realizaron tres rescates marítimos, 287 traslados en ambulancias, 1.906 servicios prehospitalarios y 1.973 atenciones hospitalarias, como parte de la operación especial coordinada para este período.

En las carreteras, la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) decomisó 963 licencias de conducir por infracciones a la ley de tránsito y retiró 21 unidades del transporte público por irregularidades.
Además, el Ihadfa aplicó 12,883 pruebas de alcoholemia, de las cuales 436 dieron positivo, evidenciando el riesgo que implica la conducción bajo los efectos del alcohol durante estos días.
La Conapremm también confirmó que entre los incidentes se reportaron tres personas heridas con arma blanca y una persona desaparecida, sin que hasta el momento la Policía Nacional haya detallado cifras oficiales de homicidios ocurridos durante la semana.
Para mitigar los riesgos del retorno, la DNVT puso en marcha desde este sábado el operativo “Retorno Seguro”, que incluye caravanas lideradas por patrullas motorizadas que escoltan a los turistas de regreso a sus lugares de origen, regulando la velocidad y ofreciendo asistencia en las principales carreteras del país.
Desde el inicio del feriado, la Conapremm desplegó a más de 32,000 efectivos entre socorristas, bomberos, policías, militares y personal de instituciones gubernamentales, con el objetivo de garantizar una Semana Santa segura.
Sin embargo, las estadísticas finales demuestran que la combinación de exceso de confianza, imprudencia vial y falta de supervisión en zonas acuáticas sigue cobrando vidas cada año.
