Día del Periodista

Opiniones

“Tarifados”, “vendidos”, “palabreros”, “enemigos de la patria”… y eso es solo antes del café de la mañana. Así amanecemos quienes ejercemos este oficio sagrado, malpagado y malquerido que es el periodismo en Honduras.

Hoy, 25 de mayo, el calendario nacional dice que se celebra el Día del Periodista. Pero para nosotros, los que andamos pateando calle con libretas rotas y celulares que ya no cargan, no hay pastel, ni flores, ni aumento salarial. Lo que sí hay, en abundancia, son insultos desde la oposición y desdén desde el oficialismo.

Porque en esta Honduras bipolar, si criticás al gobierno sos traidor a la patria, vendido a la derecha, agente del imperialismo gringo. Pero si cuestionás a la oposición, sos tarifado del régimen, jalador de cables, y seguro te pagan en bolsas solidarias.

Desde esta querida y calurosa trinchera en Olanchito, donde ni la ENEE respeta al reportero, en El Comejamo lo vivimos a diario:

Publicamos que el transformador prometido no ha llegado: “¡Ah, vendidos a los cachurecos!”
Publicamos que Nasralla no regresa las llamadas: “¡Seguro Xiomara ya les dio bono!”
Publicamos que los apagones están dejando sin electrodomésticos a medio pueblo: “¡Dejen de hacerle daño al país con su prensa negativa!”

Y ahí vamos, macheteando la desinformación, sacando la nota desde la oscurana del barrio porque ni luz hay.
Pero aún así, seguimos. Seguimos porque ser periodista en Honduras es más que una profesión: es un acto de cívismo.

Somos los que vamos detrás de la ambulancia, detrás del alcalde, detrás del muerto… y a veces detrás del sueldo.
Escribimos con rabia y con amor, con café frío y sin almuerzo, muchas veces desde la banca del parque porque el WiFi es gratis y la sombra es mejor que la oficina sin abanico.

Hoy saludamos a esos periodistas de radios comunitarias que transmiten desde una corneta prestada, a los de televisión que empujan la cámara como carretilla, a los de medios digitales que editan, escriben, toman fotos y todavía tienen que contestar los comentarios de Facebook de doña Cleta que pregunta si va a llover.

Sí, somos los periodistas de Honduras.
Los que informamos aunque nos insulten.
Los que opinamos aunque nos amenacen.
Los que investigamos aunque nos dejen fuera de los almuerzos institucionales.
Los que escribimos la historia que a otros les incomoda.

Porque ser periodista aquí es como ser árbitro en final de liga entre equipos de pueblo: si hacés tu trabajo bien, igual te van a tirar botellas.
Por eso hoy, en lugar de discursos vacíos o reconocimientos hipócritas, pedimos algo simple: respeto.
Respeten nuestra voz, aunque no les guste.
Respeten nuestro trabajo, aunque no les convenga.
Respeten la verdad, aunque les queme.

Desde El Comejamo, con el calor de Olanchito y la pasión por el oficio, decimos fuerte y claro:
¡Feliz Día del Periodista, colegas!
Ni vendidos, ni callados.
Con pluma, micrófono y alma.
Aquí seguimos. Aquí resistimos. Aquí escribimos.