Semana Cívica: El dia a dia de 1935

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Olanchito, Yoro. – Cuando el profesor Francisco Murillo Soto hilvanó en su mente la idea de una Semana Cívica, probablemente jamás imaginó que aquellas jornadas organizadas en 1935, pensadas inicialmente para rendir homenaje a personajes ilustres y fortalecer valores en los centros educativos, llegarían a convertirse en una de las tradiciones más emblemáticas de Honduras.

Décadas más tarde, este evento sería reconocido oficialmente por el Congreso Nacional como Patrimonio Cultural de la Nación.

Lo que comenzó como una propuesta pedagógica, orientada a sembrar civismo en el alumnado y la comunidad, se transformó en una celebración que unió al pueblo bajo un calendario de días conmemorativos, cada uno con un enfoque particular en los oficios, las tradiciones y los pilares de la vida comunitaria.

Los primeros días de celebración

En su origen, la Semana Cívica comprendía actividades del 8 al 14 de septiembre, cada jornada dedicada a un valor, un oficio o un sector productivo:

• 8 de septiembre: Día de la Leche. Se rifaban vaquillas y se regalaba leche, promoviendo la ganadería como motor de la economía local.
• 9 de septiembre: Día del Maíz. Se reconocía al agricultor que mantenía abastecido el mercado con este grano esencial en la dieta hondureña.
• 10 de septiembre: Día del Niño Sano. El niño “más saludable”, en aquellos años asociado a ser cachetón y robusto, recibía un reconocimiento especial.
• 11 de septiembre: Día del Padre con mas hijos estudiando. Se honraba el sacrificio de los padres que, con esfuerzo, enviaban a sus hijos a la escuela.
• 12 de septiembre: Día del Camino. Era la ocasión para inaugurar caminos hacia comunidades rurales, fortaleciendo la comunicación y el desarrollo local.

• 13 de septiembre: Día del Músico y de las Artes. Un tributo a quienes expresaban a través de la música y el arte los sentimientos del pueblo.
• 14 de septiembre: Día del Sastre, la Costurera y el Artesano. Oficios fundamentales en una época en que salir del pueblo era difícil, y donde estos trabajadores eran pieza clave en la vida económica y cultural.

A estas fechas se sumaban otras conmemoraciones especiales: el 15 de septiembre, Día de la Patria; el 17 de septiembre, Día del Maestro; y el 28 de septiembre, Día de la Llegada de los Pliegos de la Independencia.

Con el paso de los años, la Semana Cívica se consolidó como el corazón de las festividades patrias en Olanchito. Más allá de los actos escolares, se convirtió en una tradición ciudadana que involucró a toda la comunidad, desde estudiantes y maestros hasta comerciantes, campesinos y artistas.

El valor de esta celebración no solo radica en su longevidad, sino también en su capacidad de construir identidad y sentido de pertenencia. Hoy, al cumplirse nueve décadas de su primera edición, Olanchito lleva con orgullo el título de “Ciudad Cívica de Honduras”, y la Semana Cívica sigue siendo un faro de memoria, cultura y patriotismo.

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