El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández recibió este lunes un indulto total y definitivo del presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, según consta en el documento oficial de Executive Grant of Clemency emitido por la Casa Blanca y el Departamento de Justicia.

El perdón —que aplica a una condena por narcotráfico y porte de armas— fue rubricado el mismo 1 de diciembre de 2025 y, de inmediato, el exmandatario fue liberado de la prisión federal donde cumplía una sentencia de 45 años.
La decisión, consumada con la publicación del certificado de perdón que lleva la firma de Trump y el sello del Departamento de Justicia, aporta confirmación formal a lo que horas antes se había anunciado públicamente: Hernandez ya no está bajo custodia federal en Estados Unidos.
El texto del Executive Grant of Clemency indica que Trump, ejerciendo sus poderes bajo el Artículo II, Sección 2 de la Constitución de Estados Unidos, ha otorgado un perdón pleno e incondicional a Juan Orlando Hernández por los cargos establecidos en el caso United States v. Juan Orlando Hernandez (1:15CR379). El documento lleva la firma del presidente y el sello oficial, fechado el primero de diciembre de 2025.

Paralelamente, la Oficina del Abogado de Perdones del Departamento de Justicia actualizó su lista de concesiones para 2025, confirmando el indulto en la categoría correspondiente a esta fecha para Hernández. Departamento de Justicia
Reuters informó que Trump anunció que había liberado a Hernández, señalado inicialmente como parte de lo que el mandatario describe como una persecución injusta, y enfatizó que el exgobernante hondureño había sido condenado en un proceso que Trump considera político.
La medida desató fuertes críticas por parte de figuras políticas y analistas. El artículo de Reuters detalla además que líderes demócratas denunciaron el indulto, argumentando que la decisión socava la credibilidad de Estados Unidos en la lucha contra las drogas y contra el crimen internacional.
Hernández fue condenado en 2024 por un tribunal federal de Nueva York por participar en una conspiración para importar cocaína hacia Estados Unidos y por portar armas de alto poder en apoyo de ese plan. La condena, de 540 meses de prisión, reflejó el papel que el gobierno estadounidense atribuyó al expresidente hondureño dentro de las redes de narcotráfico y su influencia en la región.
El indulto presidencial pone punto final a la detención que Hernández afrontó tras ser extraditado en 2022 y trasladado al sistema penitenciario federal estadounidense, donde permaneció recluido hasta este lunes.
El perdón a Hernández representa un giro de gran impacto en la política hemisférica.
Para Honduras, el regreso del exmandatario —ahora libre tras la decisión del gobierno estadounidense— reabre debates sobre justicia, impunidad y rol de actores externos en asuntos internos. Para Washington, la medida cuestiona la línea de acción contra el narcotráfico y la corrupción regional, generando tensiones con sectores que consideran que el exgobernante fue parte central de operaciones criminales transnacionales.

El indulto también coincide con un período de agudas disputas internas en Honduras, marcada por procesos electorales importantes y fuertes divisiones políticas.
La liberación de Hernández constituye un suceso de alto voltaje, con potencial para influir en la estabilidad política, las relaciones internacionales y el discurso público en todo el país centroamericano.

