El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó este jueves la revocación y restricción de visas a tres altos funcionarios hondureños, a quienes acusa de socavar la democracia al interferir en el recuento de votos de las elecciones generales de 2025, una decisión que profundiza la presión diplomática de Washington sobre el actual liderazgo político de Honduras.

En una declaración oficial emitida el 19 de diciembre, el secretario de Estado Marco Rubio informó que Estados Unidos revocó la visa de Mario Morazán, rechazó la solicitud de visado del consejero Marlon Ochoa y revocó también la visa del presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, señalándolo como la tercera persona sancionada en este caso.
Según el comunicado, las sanciones se aplican al amparo de los artículos 221(i) y 212(a)(3)(C) de la INA, que facultan al Gobierno estadounidense a negar o revocar el ingreso de personas cuyas acciones o actividades representen consecuencias adversas potencialmente graves para la política exterior de Estados Unidos.

El Departamento de Estado sostuvo que las conductas señaladas obstaculizaron el recuento de votos, afectando la integridad del proceso electoral hondureño.
“Estados Unidos no tolerará acciones que atenten contra nuestra seguridad nacional y la estabilidad de nuestra región”, advirtió Rubio, al subrayar que su país considerará todas las medidas pertinentes para disuadir a quienes interfieran con el conteo electoral en Honduras.

La decisión marca una señal clara de endurecimiento del enfoque estadounidense frente a presuntas maniobras que pongan en riesgo la democracia en Centroamérica y se produce mientras continúan las disputas internas en Honduras por la validación y transparencia de los resultados electorales.


