Bartolo Fuentes: De Fundador a Sacrificado

Opiniones

La política en Honduras nunca ha sido un terreno limpio, pero el caso de Bartolo Fuentes es un reflejo crudo de lo que significa el poder dentro de las estructuras partidarias.

De ser un militante comprometido con la refundación y un fundador de Libertad y Refundación (Libre) en su municipio, pasó a convertirse en una víctima más del juego de intereses, donde la lealtad se premia mientras convenga y se descarta cuando deja de ser útil.

Las denuncias de fraude electoral en Yoro y Colón que él mismo hizo no solo destaparon las irregularidades en su partido, sino que también lo dejaron fuera de la posibilidad de continuar en el Congreso Nacional.

La compra de votos dentro de Libre, específicamente por parte del Movimiento 28 de Junio, evidencia la hipocresía de quienes durante años criticaron estas mismas prácticas en otros partidos y hoy las replican sin pudor.

Pero lo más revelador es la supuesta orden de Manuel Zelaya de sacarlo del camino, según versiones de cercanos al diputado Felipe Ponce.

Fuentes, quien por años defendió el proyecto de la familia Zelaya Castro, hoy enfrenta el costo de su independencia. No sorprende que el castigo haya sido contundente: un voto de castigo orquestado, disfrazado de voluntad popular.

Ahora, solo le quedan dos caminos: resistir con dignidad o hacer lo que muchos políticos han hecho antes que él, doblar rodilla y pedir un espacio en el pastel del poder, sacrificando principios en el altar de la conveniencia.

Así es la política hondureña, donde la traición es moneda de cambio y donde la confianza no tiene cabida, solo la trampa y la zancadilla.

Lo que le ha sucedido a Bartolo Fuentes no es un caso aislado, sino un recordatorio de que en la política hondureña no hay amigos, solo intereses.

Y cuando esos intereses cambian, los antiguos aliados pueden convertirse en los verdugos más despiadados.