Tegucigalpa, Honduras – ¡La democracia en Honduras volvió a temblar este miércoles! Una protesta que se anunciaba como pacífica terminó convertida en una batalla campal dentro del mismísimo Congreso Nacional, donde el aire se llenó de gritos, empujones, golpes… ¡y hasta sangre!
La chispa se encendió en la planta baja del Parlamento, cuando simpatizantes y dirigentes del Partido Liberal, furiosos por el saboteo al calendario electoral, decidieron irrumpir en el recinto. Lo que siguió fue un verdadero campo de batalla legislativo.
Una mujer terminó herida y varios diputados, incluyendo a Mario Segura y Jorge Cálix, salieron golpeados y echando humo. ¡Sí, señores! Golpeados dentro del Congreso, por querer ejercer su legítimo derecho a protestar.
“¡Somos diputados, no delincuentes!”, gritaba Cálix con el rostro desencajado, mientras señalaba con dedo tembloroso al oficialismo, acusándolo de “reprimir al pueblo y secuestrar la democracia”.
Pero eso no fue todo. El diputado —con tono desafiante— lanzó una advertencia al mismísimo “familión presidencial”:
“¡El 30 de noviembre se van porque se van! Salvador Nasralla será el próximo presidente, ¡le guste a quien le guste y le duela a quien le duela!”.
Y mientras la sangre aún se secaba en las paredes del Congreso, afuera las llamas de la indignación seguían encendidas. Segura, jefe de bancada liberal, pidió a los ciudadanos que salgan a las calles:
“Esto ya no se trata de partidos, se trata de salvar el país y la democracia. ¡El pueblo debe despertar!”
Todo esto ocurre mientras el Consejo Nacional Electoral (CNE) se desmorona desde adentro. El fiscal general Johel Zelaya ordenó una inédita intervención al máximo ente electoral, enviando a la ATIC a secuestrar documentos clave del proceso.
Una medida que huele, para muchos, a golpe técnico disfrazado de legalidad.
Y como si no faltara más drama en este libreto de crisis, Ana Paola Hall, consejera del CNE, renunció en medio del caos, denunciando presiones y traiciones internas.
La presidenta del CNE, Cossette López, gritó al mundo lo que muchos ya sospechaban:
“¡Esto es una conspiración para desmantelar las elecciones y perpetuar al poder!”
Entre bloqueos, renuncias, peleas y conspiraciones, Honduras entra en una cuenta regresiva peligrosa. A menos de cuatro meses de las elecciones, la pregunta que retumba en cada rincón del país es clara:
¿Habrá elecciones el 30 de noviembre… o ya nos robaron hasta la esperanza?
