¡Cuando el Pollo cacarea, tiemblan las gallinas del poder!

Opiniones

Hoy sí que el gallinero político amaneció alborotado. Si alguien pensó que ya lo había visto todo en Honduras, prepárese, porque el menú del poder viene con sobredosis de ego, una entrada de cinismo y un postre de desesperación. Y como cereza, el “Pollo” Contreras ha servido un platillo que nadie esperaba: una propuesta de alianza patriótica entre Papi a la Orden, Nasralla y Tomás Zambrano. ¿Y para qué? Para frenar la embriaguez de poder de la familia real de Libre: los Castro-Zelayistas S.A. de C.V.

Sí, leyó bien. El Pollo (no confundir con el pollo friyo que prepara mi mujer que es riquisimo por cierto) quiere sentar a los viejos adversarios políticos en una misma mesa a comer gallina en arroz de maiz, porque según él, ya no se trata de colores, sino de salvar lo que queda del país antes de que Libre nos convierta en la segunda temporada de “Venezuela Reloaded”, con una pizca de socialismo fracasado y discursos de barricada incluidos.

Porque Honduras no necesita otra revolución, sino una reconstrucción. Porque mientras Libre juega al populismo de pancarta y discurso incendiario, las calles siguen llenas de baches, los hospitales vacíos de medicinas y las escuelas llenas de promesas sin cumplir. ¿Dónde está el dinero del presupuesto no ejecutado? ¿En una caja fuerte? ¿En un colchón ideológico? ¿O se fue volando en drones de propaganda?

Los ciudadanos no olvidan que Libre prometió “refundar” el país, pero lo que han refundido es la confianza pública. ¿Transparencia? Ni en las botellas de agua.

¿Ejecutar el presupuesto? Solo cuando se trata de movilizar colectivos en lugar de ambulancias. ¿Gobernar para todos? Claro, siempre y cuando todos juren lealtad al comandante Mel y a la dama de hierro Xiomara.

La pregunta no es si deben unirse… es si tienen el coraje de hacerlo. Papi a la Orden, ese señor con pinta de suegro amable; Nasralla, el eterno candidato que ya tiene más vueltas que una rueda de lotería; y Tomás Zambrano, el cerebro jurídico del Congreso… podrían, por primera vez, dejar a un lado sus egos tamaño torre Metrópolis y formar un bloque con un solo propósito: detener la avanzada autoritaria de un partido que confunde militancia con obediencia ciega.

El problema es que, históricamente, las oposiciones en Honduras han sido más hábiles para dividirse que para sumar. Pero si hay un momento para intentarlo, es este. No por ellos, sino por Honduras. Por la empresa privada que está siendo señalada como enemigo público #1. Por las iglesias que ven con preocupación cómo se juega con la moral pública como si fuera una carta política. Por la gente que ya no quiere más caudillos con discursos de mártires, sino líderes con planes concretos.

Libre está ebrio de poder. Y como todo borracho de cantina, no escucha razones, grita consignas, y se rodea de aduladores que le dicen lo que quiere oír, mientras el país sigue en emergencia económica, sanitaria y social. Si la oposición quiere evitar que Honduras se convierta en otra tragedia democrática en la región, tiene que actuar ya. No con comunicados tibios ni con selfies de unidad impostada, sino con una verdadera agenda nacional.

Así que señor Pollo Contreras, su cacareo puede que haya despertado a más de un gallo dormido. Pero recuerde: no basta con hacer ruido… hay que poner huevos. Y si estos políticos quieren hacer historia, tendrán que demostrar que están listos para dejar de lado sus cálculos personales y empezar a pensar, de verdad, en Honduras.

Y usted, ciudadano, prepárese… porque noviembre se acerca y la gallina está por cantar el último acto.

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