Dolor y luto en Honduras: las 12 víctimas de la tragedia aérea en Roatán

Nacionales

El cielo de Honduras se tiñó de luto. Doce vidas se apagaron en segundos, dejando un vacío imposible de llenar en sus familias y en todo un país que hoy llora su partida.

La tragedia aérea ocurrida en Roatán, Islas de la Bahía, ha dejado una herida profunda, no solo por la pérdida de seres queridos, sino también por el impacto de las historias que quedaron truncadas.

Entre las víctimas se encuentran el piloto y copiloto de la aeronave, quienes, con horas y horas de vuelo, jamás imaginaron que este sería su último despegue.

También viajaba una familia completa, que apenas unas horas antes disfrutaba de unas vacaciones soñadas, sin saber que el destino les tenía preparado un final desgarrador.

En el vuelo iban dos pequeñas, llenas de sueños e inocencia, que se congregaban en una iglesia en La Ceiba. Sus risas, que alguna vez alegraron los pasillos de su hogar y de su comunidad, ahora son recuerdos dolorosos para quienes las conocieron.

El país también lamenta la partida de Aurelio Martínez Suazo, un icono de la música hondureña y un embajador de la cultura garífuna. Su voz, que tantas veces resonó con fuerza llevando su identidad al mundo, se ha silenciado de golpe, dejando un eco imborrable en el corazón de sus seguidores.

El avión, que despegaba de Roatán con destino a La Ceiba, había llegado horas antes desde La Mosquitia hondureña. Nadie a bordo imaginó que sería su último viaje, que aquel cielo oscuro que tantas veces sobrevolaron se convertiría en su despedida definitiva.

Honduras llora a sus hijos, a los que se fueron demasiado pronto, a los que partieron sin aviso, dejando planes inconclusos, abrazos pendientes y sueños sin cumplir. En cada rincón del país, el dolor se siente como un peso insoportable, mientras familiares y amigos intentan encontrar consuelo en los recuerdos y en la esperanza de que su legado vivirá por siempre.