Con una sonrisa eterna y un espíritu indomable, Adán Antonio Antúnez Hernández ha dedicado toda una vida a recorrer las calles de Olanchito, vendiendo alborotos y palomitas. Originario de El Juncal, este peculiar vendedor desafía los rayos del sol y las lluvias de las mañanas de invierno para ganarse la vida.
Con más de 20 años de experiencia en el oficio, Adán es un verdadero símbolo de perseverancia y trabajo duro. Originario de El Juncal y padre de siete hijos, algunos de ellos aún estudiantes de secundaria, lleva consigo las palomitas de maíz, chicharrones de soya, alborotos (sopapos) y otras golosinas que ofrece a tan solo 20 lps.
Conocido cariñosamente como “Rambito”, Adán no solo es un vendedor ambulante, sino también una figura querida y respetada en la población de Olanchito. Su historia es un recordatorio de la importancia del esfuerzo y la dedicación en la búsqueda de una vida mejor.
Hoy nos lo encontramos en el centro de la ciudad, siempre sonriente y con sus peculiares anteojos oscuros, así pasa su día con su bamboleo al caminar y ofreciendo a todo el que se encuentra sus productos.
A pesar de los años y los desafíos, Adán sigue recorriendo las calles con la misma energía y pasión que lo caracterizan, llevando consigo un pedacito de tradición y alegría a cada rincón de la ciudad.