En el corazón de la selva: el jaguar y los humanos coexisten en armonía

Cultura

Olanchito, Yoro – En un sendero que serpentea entre los densos bosques de la cordillera Nombre de Dios, un jaguar se pasea con majestuosa tranquilidad.

Las cámaras trampa instaladas en el refugio de vida silvestre La Danta han capturado imágenes que narran una historia extraordinaria: humanos y felinos han compartido este hábitat por más de 14 años sin incidentes que lamentar.

Este refugio, ubicado entre los municipios de Olanchito y Jutiapa, se ha convertido en un símbolo de la coexistencia armónica entre especies.

Los jaguares, que en esta región se presentan en cinco subespecies, encuentran en este vasto corredor su hogar natural. Este espacio no solo les brinda protección, sino que también es clave como una reserva de agua vital para la ciudad de Olanchito.

El propósito de conservar esta zona va más allá de lo ambiental; se trata de un compromiso por proteger a uno de los depredadores más emblemáticos de América y de garantizar el equilibrio de un ecosistema que nutre a las poblaciones cercanas.

Entre la frondosidad del bosque y el eco de los ríos, los jaguares siguen dejando sus huellas en un sendero que no solo cuenta su historia, sino también la de un esfuerzo por preservar la vida silvestre en Honduras.