Olanchito, Yoro – Ni los baches, ni los apagones, ni la falta de medicinas. Lo que más duele en el Medio Aguán es el desprecio burocrático selectivo. Así lo dejó claro este lunes el diputado oficialista Felipe Ponce, quien en un arranque de honestidad involuntaria confesó lo impensable: “Lastimosamente los ministros no nos dan respuesta”.

Sí, lo leyó bien. Ni los diputados del propio gobierno reciben respuestas. ¿Y qué hacen entonces? Pues se suman a la protesta. Porque en Honduras, cuando el Ejecutivo no escucha, los funcionarios también terminan del otro lado de la pancarta.
La carretera del Medio Aguán fue tomada durante horas por pobladores hartos de las promesas recicladas y las excusas de siempre. Apagones eternos, escuelas cayéndose a pedazos, centros de salud que más bien parecen bodegas vacías… y un largo etcétera de olvidos oficiales.
Pero esta vez hubo una escena digna de guion: los pobladores tomaron la calle y los diputados… los aplaudieron. Felipe Ponce —a falta de proyectos— decidió proyectarse como uno más del pueblo, asegurando que él también ha ido “con una comisión” a buscar ayuda y lo han mandado a seguir participando.
“Aquí esperamos a una comisión del gobierno, porque ni a ellos les paran bola”, soltó sin titubear uno de los manifestantes, mientras sostenía una pancarta y una botella de agua bajo el sol.
La sorpresa, fue aún mayor cuando el alcalde de Olanchito, Juan Carlos Molina, publicó en sus redes un mensaje que es medio reclamo, medio diagnóstico y medio llamado a la cordura:
“Hoy se tomaron la CA13 entre Olanchito y Sabá, me hice presente como es mi responsabilidad como alcalde, pero me vine realmente sorprendido… ¡Los mismos diputados de LIBRE promueven las tomas en nuestro municipio causando enormes pérdidas en la economía local!”
Y por si el guion no era suficientemente bizarro, el alcalde recordó algo clave:
“Hace unos días estuvo aquí mismo en este sector la presidenta de la República, ¿cómo puedo creer yo que dos diputados del partido de gobierno —Felipe Ponce y Leda Agurcia— no hayan logrado un espacio para que estos líderes comunitarios presentaran su problemática? Me suena ya a otros objetivos por parte de estos líderes…”
Parece que en el Valle Abajo el oficialismo ya no sabe si gobierna, se opone o protesta contra sí mismo. Mientras tanto, los pobladores insisten en que la toma continuará si no hay soluciones, porque los proyectos que exigen exceden el presupuesto de la municipalidad y dependen directamente del Gobierno Central.
El alcalde, por su parte, dice estar solidario con las comunidades, pero pide sensatez:
“No dañen el desarrollo del municipio y busquemos solución a estos problemas del Valle Abajo”.
En efecto, la situación se ha vuelto tan absurda que el oficialismo protesta contra su propio gobierno, quizás inaugurando una nueva forma de democracia en la que los diputados hacen plantones para hablar con sus propios ministros.
Los pobladores, por su parte, fueron claros: si no hay proyectos concretos del gobierno central, las tomas seguirán. El presupuesto municipal no alcanza, menos para cubrir las necesidades estructurales de más de 20 comunidades.
Lo cierto es que en el Aguán ya no se distingue quién gobierna, quién representa o quién reclama. Lo único claro es que la burocracia no escucha ni a los suyos, y que el pueblo ha aprendido a protestar en compañía de sus diputados, aunque no resuelvan nada juntos.
Así, entre pancartas, baches y promesas en loop, Honduras suma otro episodio surrealista: el gobierno marchando contra sí mismo… pero sin presupuesto para responderse.