Si las calles de Olanchito tuvieran memoria, seguro sonarían a punta de “perreo viejito” y cumbia mezclada con merengue. Y si hablaran, gritarían con cariño y desvelo:
“¡Gracias, Machigua, por no dejarnos dormir desde los 90!”

Porque Víctor “Machigua”, el DJ más emblemático del Bajo Aguán, no necesita presentación. Solo un enchufe, dos bocinas, y un par de luces estroboscópicas… y ¡BOOM! El pueblo entero entra en modo fiesta sin pedir permiso ni perdón.
Desde aquellos años de cassette y discos de vinilo —cuando el rebobinado era manual y los cables pesaban más que las bocinas— hasta hoy, con consolas digitales y mezclas en software de última generación, Machigua se ha mantenido firme en su trinchera musical: la Estelaris Discomóvil, su nave insignia de rumba que ha recorrido barrios, aldeas y campos en cada feria, boda y clausura.
Quien no lo ha escucho decir en Radio Aguán “¡Rutas del Caribe, enciéndanse!”… simplemente no vivio la verdadera cultura de los campos bananeros. Quien no se ha quedado hasta las 5:00 a. m. diciendo “solo una más” mientras los gallos afinan, no conoce lo que es bailar con identidad.
Hoy lo reconocemos con justicia en nuestra sección de caricatura: en blanco y negro, porque el color lo ha puesto él con cada mezcla, cada voz en off, y cada recuerdo hecho canción.
Machigua no solo ha puesto música. Ha puesto alegría, ha unido generaciones, ha creado memoria. Sus fiestas no necesitan tarimas lujosas ni patrocinadores: basta su presencia, y ya está el pueblo bailando.
Si alguna vez bailaste en una feria, en una cancha de tierra, o en un solar alumbrado por faroles, sabés quién es Machigua. Si lo escuchaste decir “¡Seguimos en las Rutas del Caribe!” o si su discomóvil Estelaris fue la banda sonora de tu primer amor… entonces este homenaje también es para vos.
Comentá y compartí si alguna vez gritaste: “¡Otra, Machigua, otra!”