El director del Instituto de Conservación Forestal (ICF), Luis Solís, alertó este sábado sobre la severidad de las condiciones climáticas que Honduras enfrenta en el 2024, describiendo el año como el más caluroso y seco desde 1992.
En una comparación con el año 2016, que ya se destacó por su temperatura elevada, Solís resaltó un aumento adicional del 0.86 por ciento en la temperatura actual, lo que presenta un desafío extremo en términos climáticos.
Con gran preocupación, Solís hizo hincapié en la persistencia de los incendios forestales en todo el país, a pesar de las condiciones climáticas adversas.
Explicó que estas condiciones colocan a Honduras en una posición de alto riesgo para la ocurrencia de incendios forestales, y lamentó que en lo que va del año se hayan registrado 786 de estos incidentes, afectando unas 37,300 hectáreas, de las cuales 33,000 son bosques.
El funcionario reveló que solo en los primeros tres meses del año 2024 se han reportado 560 incendios forestales, lo que sugiere un panorama preocupante para los meses siguientes.
Advirtió que se espera que abril, en particular, sea el mes más caluroso del año, lo que podría agravar aún más las sequías y aumentar el riesgo de más incendios forestales.
Solís subrayó la importancia crítica de tomar medidas preventivas y de respuesta para abordar esta situación.
Hizo especial énfasis en la necesidad de proteger los bosques, que desempeñan un papel vital en la producción de agua en el planeta. Destacó la importancia de concientizar a la población sobre la necesidad de conservar estos recursos naturales para evitar futuras crisis.
El director del ICF también hizo referencia a los impactos globales del cambio climático, citando análisis de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) y el Centro Hadley, que indicaron que las temperaturas globales de la superficie en 2023 alcanzaron niveles récord.
En este contexto, advirtió sobre los posibles impactos adicionales del fenómeno de El Niño, que se esperan que sean más pronunciados durante los meses de febrero, marzo y abril del 2024, lo que podría exacerbar aún más la situación climática tanto en Honduras como en el resto del mundo