Según el último informe de InSight Crime, Honduras ocupó el desafortunado puesto de segundo país más violento de América Latina en 2023, solo detrás de Ecuador. Aunque se registró una disminución del 13% en la tasa de homicidios, el país se mantuvo extremadamente violento, con una tasa de homicidios del 31.1%, superando significativamente la mediana regional.
Los esfuerzos por mejorar la seguridad, incluida la declaración de un día sin homicidios por parte del secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez Velásquez, no han logrado frenar la violencia, que se ha extendido más allá de los centros de crimen organizado de Tegucigalpa y San Pedro Sula. Las pandillas dedicadas a la extorsión están en aumento, según destaca el informe.
El país pasó el año 2023 bajo estado de emergencia, emulando las estrategias de seguridad de El Salvador. Sin embargo, el enfoque de mano dura de la presidenta Xiomara Castro ha enfrentado críticas por sus limitados avances en la lucha contra el crimen organizado.
Además, el informe resalta un preocupante aumento en los cultivos de hoja de coca, especialmente en departamentos como Colón, exacerbando la violencia asociada al tráfico de drogas. Las tensiones en las sobrepobladas prisiones del país también son evidentes, como se vio en la masacre en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) en junio de 2023, que dejó decenas de mujeres fallecidas.