Instalación del nuevo transformador en la Subestación de Coyoles no resolverá los apagones en Olanchito

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Olanchito, Yoro — La llegada e inminente instalación de un transformador de potencia de 50 MVA en la subestación de Coyoles representa, sin duda, un avance importante para el fortalecimiento del sistema eléctrico en la región del Bajo Aguán. Sin embargo, desde una lectura técnica, es necesario aclarar que este equipo no pondrá fin a los constantes apagones que afectan a Olanchito.

La narrativa popular que celebró la llegada del transformador como la solución definitiva al problema eléctrico es comprensible, pero imprecisa. Técnicos y expertos en el sistema de distribución eléctrica coinciden en que los cortes de energía que afectan de manera recurrente a los barrios y colonias de la ciudad cívica no se deben a la falta de capacidad instalada, sino a fallas persistentes en la línea de transmisión que conecta a Olanchito con las redes nacionales.

El nuevo transformador ampliará la capacidad de carga, permitiendo que más usuarios puedan conectarse a la red eléctrica y, en efecto, disminuirá la sobrecarga en equipos obsoletos.

Pero esta solución es parcial si no se acompaña de inversiones en el mantenimiento y la modernización de las líneas de transmisión que cruzan zonas rurales, boscosas y de difícil acceso.

Cada lluvia, cada tormenta eléctrica, cada ráfaga de viento sigue siendo una amenaza constante para esas estructuras vulnerables.

Además, con la incorporación de más abonados al sistema sin que se modernicen las redes de distribución ni se mejoren los sistemas de respuesta ante fallas, existe el riesgo de saturar tramos específicos del sistema, lo que podría generar interrupciones incluso más frecuentes en ciertas zonas.

Este panorama llama a una reflexión más profunda: no basta con anunciar con bombos y platillos la llegada de infraestructura pesada. Se requiere una política energética integral que incluya modernización de redes, mantenimiento preventivo, reemplazo de líneas obsoletas, automatización de la distribución y personal técnico capacitado en campo informó a El Comejamo un experto en transmisión.

El transformador de Coyoles es una pieza importante en un rompecabezas mucho más amplio. Reconocerlo como tal es un paso necesario para no caer en el espejismo de soluciones a corto plazo. Olanchito necesita y merece una solución completa, no solo más capacidad, sino más confiabilidad.

Por ahora, los apagones seguirán siendo parte de la vida cotidiana del pueblo. Pero con visión estratégica y voluntad política, es posible que este transformador marque el inicio de una ruta hacia un servicio eléctrico más digno, seguro y sostenible para todos los olanchitos.