En 1935, en el idílico municipio de Saba Colón, una balsa comenzó a tejer su propia historia, conectando a las comunidades locales a través del río. Sin embargo, es en 1970 que esta balsa, manejada por el respetado Gilberto Medina, apodado “Perto”, se convirtió en un testigo de épocas cambiantes.
La balsa de Saba Colón, que durante décadas sirvió como medio vital de transporte, experimentó una transformación notable en 1970. Gilberto Medina, figura emblemática y hábil en el manejo de la balsa, lideró la transición del simple cruce del río a una conexión más profunda con la historia local.
Bajo la destreza de Perto, la balsa dejó de ser simplemente un medio de transporte fluvial. Se convirtió en el enlace esencial que no solo cruzaba las aguas, sino que también conectaba a las personas con las raíces de Saba Colón. Este cambio marcó una transición significativa, transformando la balsa en más que un simple medio de transporte, convirtiéndola en un símbolo de la identidad y la comunidad.
La travesía de la balsa de Saba Colón se convirtió en una experiencia más allá del mero cruce del río; se convirtió en un viaje a través de la historia local, donde los lazos entre las personas se fortalecieron con cada travesía. Así, la balsa, antes solo un medio práctico, se arraigó en la identidad de Saba Colón, convirtiéndose en un testimonio flotante de la evolución de la comunidad.