En un suceso que ha puesto de relieve la vulnerabilidad en las instalaciones militares de Honduras, las Fuerzas Armadas de este país centroamericano confirmaron la pérdida de 144 kilos de cocaína, previamente incautados, de una de sus bodegas del Tercer Batallón de Infantería en Naco, departamento de Cortés.
La droga en cuestión había sido parte de un decomiso más amplio de 255 kilos de cocaína realizada en 2019 en Trujillo, Colón. Tras pruebas forenses que confirmaron su pureza, el alijo fue trasladado y almacenado en la mencionada instalación militar.
Sin embargo, el recuento de este 2024 reveló que 144 paquetes habían sido sustraídos y reemplazados por un material que se presume podría ser harina. Este hallazgo surgió tras cinco años sin inspecciones de rutina, lo que desató una investigación coordinada con el Ministerio Público para esclarecer los detalles del incidente y dar con los responsables.
El robo de la droga ya ha sido notificado al Ministerio Público, que inicia las diligencias para identificar a los culpables de este acto que compromete la seguridad y la integridad de las operaciones militares en Honduras.
Este no es el primer incidente de seguridad que enfrentan las fuerzas armadas del país. Un caso similar ocurrió en noviembre de 2010, cuando un grupo de cinco hombres armados irrumpió en la base militar “Armando Escalón” en San Pedro Sula y robó una avioneta.
Esta aeronave también estaba relacionada con actividades ilícitas, pues había sido incautada días antes en operaciones contra el narcotráfico.
Estos incidentes ponen de manifiesto los desafíos de seguridad que enfrenta Honduras, no solo en el control de las drogas y del crimen organizado, sino también en la protección de sus propias instalaciones estratégicas.